Meca - Kaaba

La peregrinación hasta La Meca y la Kaaba, o Hajj, es uno de los cinco pilares del islam.

MADINA

Primera Masjid (Mezquita) del mundo es la Mezquita del Profeta Muhammad (La paz sea con Él)

LOS CINCO PILARES DEL ISLAM

La Declaración de Fé (Shahadah), Orar 5 veces al día (Salah), Pagar la caridad anual (Zakah), Ayunar durante el mes de Ramadán (Sawm), Realizar la perigrinación a la Meca (Hajj)

COMO HACER LA ABLUCIÓN (WUDU) Y LOS 5 REZOS AL DÍAS (SALTS)

Un pequeño resumen de como hacer la ablución (wudu) y los 5 salats [Por favor presione clic en la imagen para ver el vídeo]

Profeta Muhammad (La paz sea con Él) un verdadero ejemplo a seguir

Historia del Profeta Muhammad (la paz sea con Él) y su mensaje del Islam [Por favor de clic a la imagen para ver el vídeo]

lunes, 9 de marzo de 2015

ALLAH NO OBSERVA VUESTRO CUERPO NI VUESTRA APARIENCIA, SINO QUE OBSERVA VUESTROS CORAZONES Y VUESTRAS OBRAS.


En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, el tema de hoy es que Allâh no observa vuestro cuerpo ni vuestra apariencia, sino que observa vuestros corazones y vuestras obras.
Cuando el corazón se encuentra sano, el musulmán, seguro, hará buenas obras. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “En verdad, existe un pedazo de carne en vuestros cuerpos, el cual, si está sano, el cuerpo entero estará sano, y si está corrupto, entonces el cuerpo entero se corromperá. Ciertamente, es el corazón”.
Cada musulmán y musulmana debe  preocuparse  por tener un corazón sano, porque en ello radica la aceptación de las buenas acciones. Sabed que el Día de la Resurrección servirá el tener corazón sano. Allâh dice: “El día en que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Solo quien venga a Allâh con un corazón limpio” [Sûrah Ash-Shu‘arâ (26), âyât 88 y 89].
Allâh mira a los corazones. Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Allâh no observa vuestro cuerpo ni vuestra apariencia, sino que observa vuestros corazones y vuestras obras”. [Muslim].
‘Abdullâh Ibn Omar (radiallâhu anhumâ) narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El mejor de la gente es quien posee un corazón bueno y lengua que dice la verdad”. Se le preguntó: “¿Qué significa ‘corazón bueno’?” Respondió (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Es el corazón puro y limpio de todo pecado y envidia”. La gente preguntó: “¿Y quién más de la gente es considerado de los mejores?” Respondió (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Es quien detesta el mundo terrenal y ama el Otro Mundo”. “¿Y quién más?” preguntaron. Respondió (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Un creyente de buena conducta”. [Ibn Maÿah].
Allâh prometió una gran recompensa a los que se guardan de su propia codicia y esto no es propio de lo material, sino que traspasa para incluir lo espiritual como el perdón, tolerancia, limpieza de ira y de odio. Tener un corazón limpio y puro de todo lo malo constituye una buena cualidad que muchos musulmanes no comprenden cabalmente, pese a ser una de las razones de su entrada al Paraíso.
Anas Ibn Malik (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos un día con el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y nos dijo: “Aparecerá un hombre de los del Paraíso”. Pronto un hombre de los Ansâr apareció con sus zapatos colgados en la mano izquierda y nos saludó. El día siguiente, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo lo mismo del día anterior y el mismo hombre apareció. El tercer día, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) contó lo mismo y una vez más el mismo hombre apareció. Una vez que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se había ido, ‘Abdullâh Ibn ‘Amr Ibn Al-‘As (radiallâhu ‘anhu) siguió al hombre contándole que tras una disputa con el padre, éste lo expulsó de la casa y por ello tenía que permanecer fuera del hogar por tres días y le pidió si podía acogerlo en su casa. El hombre aceptó. Anas comentó que ‘Abdullâh permaneció en la casa del mencionado hombre tres días y notó que el hombre no se levantaba para hacer oraciones voluntarias por la noche, sino cada vez que se volteaba en su lecho no decía sino buenas palabras. Al pasar las tres noches y cuando ‘Abdullâh notó que era muy poca cosa lo que el hombre hacía, le comentó que no había habido pelea alguna con el padre, tampoco fue expulsado de la casa sino lo que quería saber era por qué el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo que el hombre era de la gente del Paraíso tres veces seguidas, y por ello ‘Abdullâh quería ver qué es lo que hacía el hombre de extraordinario. El hombre le comentó que nada hacía fuera de lo común y que lo único que hacía que no engañaba a ningún musulmán tampoco envidiaba a algún musulmán por las mercedes otorgadas por Allâh. ‘Abdullâh (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Por eso has llegado muy lejos y eso es lo que nosotros no hemos podido hacer”. [Ahmad].
Por eso, el Islam trata de eliminar los principios de la disputa y la discordia. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Que no haya ruptura entre sí, tampoco intriga, odio, y envidia. ¡Oh Siervos de Dios!, que seáis hermanos”.
Abû Huraîrah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El musulmán es hermano del musulmán, no lo traiciona, no le miente y no lo abandona ante las dificultades. De todo musulmán es sagrado para otro musulmán: su honor, su riqueza y su vida. La piedad (taqûâ) está aquí (indicando el corazón). Por cierto que quien desprecie o humille a su hermano musulmán habrá cometido un terrible pecado”. [Al-Tirmidhî].
Abû Huraîrah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Entrarán al Ÿannah las personas cuyos corazones se asemejan al de los pájaros”. [Muslim]. Es decir, pechos limpios de faltas y maldades y llenos de temor por Su Creador y confiados en su Señor. Allâh en Su libro elogia a los Ansâr de Madinah por la limpieza de sus corazones y por su pureza y falta de rasgos despreciables de carácter. Dice el Qurân: “no sienten envidia alguna en sus corazones por lo que se les ha dado y los prefieren a sí mismos” [Sûrah Al-Hashr (59). Âyah 9].
Se narra que uno de los sahabah decía todas las mañanas lo siguiente: “¡Allah! Yo no poseo dinero para que pueda hacer caridad a los demás, pero la caridad que hago es perdonar a los que me insulten”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo alabando la actitud del hombre: “¡¿Quién puede ser como el?!”.
Veamos ahora cómo podemos curar nuestro corazón:
1) Mediante el Dhikr, el recuerdo de Allâh: En la interpretación de la Sûrah Ar-Ra‘ad (El Trueno) encontramos: “Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allâh ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allâh con lo que se tranquilizan los corazones?”. [Sûrah Ar-Ra‘ad (13), âyah 29]. Y en otra sûrah dice: “¡Vosotros que creéis! Recordad a Allâh invocándolo mucho. Y glorificadlo mañana y tarde”. [Sûrah Al-Ajzâb (33), âyât 41 y 42].
2) Aumentar las acciones voluntarias que acercan más Allâh.
3) Pensar bien de los musulmanes.
4) Alejarse de las discusiones y malos entendidos.
5) Evitar el enojo, la ira, la envidia etc.
6) No espiar a otros musulmanes.
7) Abandonar la murmuración y a las personas, lugares o situaciones donde se murmura.
8) Desear el bien para la humanidad.
9) Aceptar las disculpas y perdonar a la gente.
Quiera Allâh darnos el Taufîq de entender estas enseñanzas y poder practicarlas. Amîn.
wa salam u alykum wa rahmatullah
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