Meca - Kaaba

La peregrinación hasta La Meca y la Kaaba, o Hajj, es uno de los cinco pilares del islam.

MADINA

Primera Masjid (Mezquita) del mundo es la Mezquita del Profeta Muhammad (La paz sea con Él)

LOS CINCO PILARES DEL ISLAM

La Declaración de Fé (Shahadah), Orar 5 veces al día (Salah), Pagar la caridad anual (Zakah), Ayunar durante el mes de Ramadán (Sawm), Realizar la perigrinación a la Meca (Hajj)

COMO HACER LA ABLUCIÓN (WUDU) Y LOS 5 REZOS AL DÍAS (SALTS)

Un pequeño resumen de como hacer la ablución (wudu) y los 5 salats [Por favor presione clic en la imagen para ver el vídeo]

Profeta Muhammad (La paz sea con Él) un verdadero ejemplo a seguir

Historia del Profeta Muhammad (la paz sea con Él) y su mensaje del Islam [Por favor de clic a la imagen para ver el vídeo]

sábado, 15 de agosto de 2015

LA POLIGAMIA EN EL ISLAM



Se critica al Islam por permitir la poligamia, ya que la cultura popular en Occidente ve a la poligamia como algo relativamente atrasado y empobrecido. Para muchos cristianos, es un permiso para la promiscuidad, y las feministas la consideran como una violación a los derechos de las mujeres y una degradación de la mujer. Un punto crucial que tiene que ser entendido es que para los musulmanes los estándares de moralidad no están establecidos por el pensamiento occidental popular, si no por la revelación divina. Algunos simples hechos deben tenerse en cuenta antes de hablar de la poligamia en el Islam.

EL ISLAM NO INICIÓ LA POLIGAMIA

El Islam no introdujo la poligamia. Entre las naciones antiguas orientales, la poligamia fue una institución reconocida. Entre los hindús, la poligamia prevaleció desde tiempos antiguos. No había −como para los antiguos babilonios, asirios y persas- restricciones en cuanto al número de esposas que un hombre podía tener. Aunque Grecia y Roma no eran sociedades polígamas, el concubinato era norma. El Islam reguló la poligamia limitando el número de esposas y poniendo en práctica responsabilidades. De hecho, según David Murray, un antropólogo, históricamente la poligamia es más común que la monogamia.

LA POLIGAMIA PRACTICADA POR LOS PROFETAS

Los grandes patriarcas hebreos, venerados de igual forma por el judaísmo, el cristianismo y el Islam –Abraham, Moisés, Jacob, David y Salomón, para mencionar unos pocos– eran polígamos. Según la Biblia:
  • Abraham tuvo tres esposas (Génesis 16:1, 16:3, 25:1). 
  • Moisés tuvo dos esposas (Éxodo 2:21, 18:1-6; Números 12:1). 
  • Jacob tuvo cuatro esposas (Génesis 29:23, 29:28, 30:4, 30:9).  
  • David tuvo al menos 18 esposas (1 Samuel 18:27, 25:39-44; 2 Samuel 3:3, 3:4-5, 5:13, 12:7-8, 12:24, 16:21-23).
  • Salomón tuvo 700 esposas (1 Reyes 11:3)


El ejemplo de Jesús, que al contrario pasó por alto la poligamia, es irrelevante, ya que él no se casó durante su ministerio terrenal.

EL MATRIMONIO EN EL ISLAM

El matrimonio es un acuerdo legal en el Islam, no es un sacramento en el sentido cristiano, y está asegurado con un contrato. El matrimonio Islámico establece derechos y las correspondientes responsabilidades para cada cónyuge. Se les otorga legitimidad y parte de la herencia de los padres a los hijos nacidos en el matrimonio. El propósito principal del matrimonio en el Islam es regular el sexo dentro del matrimonio, así como crear una atmósfera para la continuidad y extensión de la familia. Ésto contrasta con las crecientes tendencias occidentales. En las últimas décadas, existen más alternativas al matrimonio que nunca antes. La cohabitación –vivir juntos fuera del matrimonio– ha aumentado mucho entre los jóvenes, los adultos solteros, así como los divorciados. Más mujeres tienen hijos fuera del matrimonio, ignorando la secuencia dictaminada por Dios del matrimonio seguido por el nacimiento de los hijos.

LA POLIGAMIA EN EL CORAN 

El libro sagrado de los musulmanes, el Corán, es el único escrito religioso en el mundo que explícitamente limita la poligamia y restringe su práctica:

 “…casaos con otras mujeres que os gusten: dos, tres o cuatro. Pero si teméis no ser justos, casaos con una sola…”. (Corán 4:3)

El Corán limita el número de esposas a un máximo de cuatro. En los antiguos días del Islam, quienes tenían más de cuatro esposas al abrazar el Islam debieron divorciarse de las esposas excedentes. El Islam reformó la institución de la poligamia exigiendo el mismo trato para todas las esposas. El musulmán no tiene permitido hacer diferencias entre sus esposas en cuanto al sustento y gastos, el tiempo y demás obligaciones de esposo. El Islam no permite que un hombre se case con otra mujer si no va a ser justo en la forma de tratarla. El Profeta Muhammad prohibió la discriminación entre las esposas o entre sus hijos. 

Además, el matrimonio y la poligamia en el Islam es un asunto de consentimiento mutuo. Nadie puede obligar a una mujer a ser desposada por un hombre casado. El Islam simplemente permite la poligamia, no la hace obligatoria ni la exige. Por otra parte, una mujer puede estipular que su esposo no contraiga matrimonio con ninguna otra mujer como segunda esposa en su contrato pre-nupcial. El punto que usualmente es malentendido en Occidente es que las mujeres en otras culturas –especialmente africanas e islámicas– no ven a la poligamia como un signo de degradación de la mujer. En consecuencia, equiparar a la poligamia con la degradación a la mujer es un juicio etnocéntrico de otras sociedades.

Aunque nosotros vemos la clara permisión de la poligamia en el Islam, su práctica es bastante rara en muchas sociedades musulmanas. Algunos investigadores estiman que no más del 2% de los hombres casados practican la poligamia4. La mayoría de los hombres musulmanes sienten que no pueden costear los gastos que implican mantener a más de una familia. Incluso quienes pueden mantener financieramente familias adicionales son reacios muchas veces, debido a las cargas psicológicas de relacionarse con más de una esposa. Se puede decir que el número de los matrimonios polígamos en el mundo musulmán es mucho menor que el número de relaciones extramatrimoniales en Occidente. 

En otras palabras, contrario a la noción que prevalece, los hombres en el mundo musulmán actual son más monógamos que los hombres en el mundo occidental.

Fuente: La poligamia en el Islam (islamhouse.com 1434 D.H)

martes, 16 de junio de 2015

HORARIO DE ORACIÓN MES DE RAMADAN 2015





domingo, 26 de abril de 2015

LIBRO KITAB AL - TAWHID




LIBRO KITAB AL-TAWHID




As salam u alykom w rahmatollah
Este es el Libro de estudios para las clases de Islam , esperamos que disfrute de la lectura que nos enriquezcamos de mayor conocimiento in sha' Allah.
W salam u alykum w rahmatollah




lunes, 6 de abril de 2015

ISLAM PARA NIÑOS



ISLAM PARA NIÑOS


LIBROS
DESCARGAS
HISTORIA CORAN PARA NIÑOS
ISLAM PARA NIÑOS
RECIÉN NACIDO
LA DEVOCIÓN ENTRE LOS ANIMALES
EL MUNDO DE LOS ANIMALES


LA BÚSQUEDA DEL ÉXITO, LA TRANQUILIDAD Y LA FELICIDAD



En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas hoy tratatamos acerca de la búsqueda del éxito, la tranquilidad y la felicidad.
Allâh dice: “A quien haya obrado con rectitud sea varón o hembra, siendo creyente, le haremos vivir una buena vida y le daremos la recompensa que le corresponda por lo mejor que haya hecho.” [Sûrah An-Nahl (16), âyah 97].
‘Abdullâh Ibnu ‘Amrû (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Triunfa quien se hace musulmán, su provisión le basta, y Allâh hace que se complazca (al-qanna’ah) con lo que le ha concedido” [Muslim].
Hoy en día el mundo en general está buscando el éxito, la tranquilidad y la felicidad, pero si estudiamos y analizados el versículo del Qurân y hadîth mencionados anteriormente, encontraremos la fórmula para obtenerlos.
Toda la gente está trabajando, esforzando y sacrificando para obtener el éxito y nadie quiere fracasar. Pero, ¿Cuál es el significado o el entendimiento del éxito, la fieldad y la tranquilidad según a nuestra inteligencia? Hay varias opiniones o visiones al respecto: algunos los buscan en la riqueza, la acumulación de dinero, bienes y recursos, sea como  como sea y a cualquier costo. Algunos los buscan en la fama, por ejemplo los deportistas, cantantes, actores, etc. Ellos se esfuerzan para elevar y engrandecer su nombre para que alguien les diga que son grandes y brillantes estrellas. Algunos los buscan en los lugares de posición o elevado estatus, no les gusta ser subyugados, más bien quieren ser líderes, superior o jefes y quieren ser fuentes de donde sólo brotan órdenes y mandatos, aunque ellos mismos vayan en contra de esas órdenes, porque que les importa el estatus y la posición social. Por eso, para lograr esto ofrecerán a cambio cualquier cosa, incluso por el precio de su Dîn. Algunas personas buscan la felicidad perdiendo el tiempo, por eso se encuentra estas personas a veces en los estadios, en los cafés, en las calles, en el internet, etc. Algunas personas los buscan en su esposa e hijos; otros lo buscan en el poder; otros los buscan en embellecer su cuerpo y estar libres de enfermedades.
Pero nuestro Allâh, nuestro Señor, el Ser que nos creó de la nada, el Ser que creo los siete cielos las siete tierras y lo que hay entre ellos, el Ser que es Al-‘Alîm, Quien todo lo sabe, sabe lo que está pasando en los cielos y en la tierra, sabe lo que desciende y lo que sube, sabe cuándo una persona habla en voz alta y en voz baja, lo que pasa en nuestros corazones y en nuestras mentes, Él es Al-Hakîm el Sabio, es Al-Basîr el que ve todo, Él es As-Samî’ el que escucha todo, es Al-Jabîr el informado. Él mismo nos explica, enseña y dice la fórmula de conseguir el éxito, la tranquilidad y la felicidad, no sólo temporal sino eterna. Como Allâh dice en el versículo mencionado: “A quien haya obrado con rectitud sea varón o hembra, siendo creyente, le haremos vivir una buena vida y le daremos la recompensa que le corresponda por lo mejor que haya hecho.” [Sûrah An-Nahl (16), âyah 97].
Analizamos ahora el hadîth mencionado en el que Rasûlullah (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) vinculó el éxito para aquella persona que se sometió, cuando dice “Qad aflaha man aslama (triunfa quien se somete y hace musulmán)” ¿Qué significa someterse? ¿Someter a qué? Es someterse a la Voluntad de Allâh, someterse a cada orden de Allâh, someter a la Sunnah, el modo único aceptado de vida por Allâh, a eso se refiere cuando dice “someterse”.
En otro versículo del Qurân Allâh dice: “¡Oh, creyentes! Entréguense por completo (a Allâh practicando el Islam)” [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 208]. En esta âyah, Allâh nos ordena a entrar en Islam en su totalidad. Entonces ¿Qué aprendemos tanto del âyah como de este hadîth? Aprendemos la fórmula de conseguir el éxito, que es someterse al Dîn de Allâh, es decir seguir cada orden de Allâh y cada Sunnah del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam).
Otra fórmula de conseguir la tranquilidad, felicidad y éxito es cuando una persona tiene suficiente sustento. Esto significa tener tanto sustento que cubre sus necesidades y no tiene necesidad de pedir de los demás. Allâh lo premia con la cualidad del qanna’ah (la satisfacción). Si tiene mucho, dice al-hamdulillâh; si tiene poco también dice al-hamdulillâh. Si mucha riqueza fuera un signo de la tranquilidad y el éxito, Allâh la hubiera dado riqueza a Su Querido el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), pero ¿Cómo era la vida de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam)? Como dijo ‘Â.îshah (radiallâhu ‘anha): “La familia de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) nunca se sació comiendo pan de cebada dos días seguidos hasta que él murió” [Al-Bujâri y Muslim].
Encontramos en una de las súplicas del Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) que él solía decir: “¡Oh, Señor! Haz que el sustento de la familia de Muhammad sea (Qût) sólo lo necesario” [Al-Bujâri y Muslim]. Los ‘ulamâ explican que el término ‘Qût’ usado en esta súplica significa que sea un sustento tal que uno puede esconderlo bajo su axila. Hoy nosotros en general no estamos satisfechos porque siempre estamos viendo al respecto del Dunia a la gente más arriba que nosotros, pero que no enseñó Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) al respecto del Dunia, tenemos que ver a la gente debajo de nosotros para que nosotros quedamos satisfechos y contento, de tal forma que podamos agradecer a Allâh por lo que nos ha dado. Respecto del Dîn, siempre hay que ver a la gente que está arriba de nosotros para que podamos esforzarnos a tener tanto Dîn como ellos.
Por eso la cualidad del qanna’ah es muy importante como dice Allâh en un Hadîth Qudsî:“¡Oh, hijo de Âdam! Si tú estás contento con Mi distribución del sustento, Yo te daré tranquilidad y satisfacción de corazón y cuerpo, y tú serás honrado en Mis ojos; pero si tú no estás contento con Mi distribución del sustento, Yo te daré el Dunia con dificultad y correrás en él como los animales salvajes y quedaras deshonrado ante Mis ojos y recibirás solo lo que está escrito para ti”.
Por eso hermanos y hermanas, si Allâh nos otorga el entendimiento correcto de la âyah y hadîth mencionados, será suficiente para nosotros vivir una vida de tranquilidad felicidad y el éxito. Por eso, la tranquilidad real, la felicidad real, y el éxito real están solamente en el Dîn. Como explicamos antes, cumpliendo las órdenes de Allâh y siguiendo el modo de vida de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), también en el Dhikr de Allâh, la lectura del Qurân, el salâh, en beneficiar a la creación de Allâh, etc.
Si nosotros nos alejamos del Dîn de Allâh y corremos solamente hacia el Dunia sin prestar atención a las órdenes de Allâh ni a la Sunnah de nuestro querido profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), alejándonos del Dhikr, del salâh, de la lectura del Qurân, etc., puede ser que seamos capaces de reunir riquezas, bienes etc., pero todo esto será solo superficial, porque Allâh dice: “Pero quien se aparte de Mi recuerdo...Es cierto que tendrá una vida mísera y el Día del Levantamiento le haremos comparecer ciego” [Sûrah Ta Ha (20), âyah 124].
Que Allâh nos otorgue la felicidad, la tranquilidad y el éxito reales. Amin.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh

lunes, 9 de marzo de 2015

ALLAH NO OBSERVA VUESTRO CUERPO NI VUESTRA APARIENCIA, SINO QUE OBSERVA VUESTROS CORAZONES Y VUESTRAS OBRAS.


En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, el tema de hoy es que Allâh no observa vuestro cuerpo ni vuestra apariencia, sino que observa vuestros corazones y vuestras obras.
Cuando el corazón se encuentra sano, el musulmán, seguro, hará buenas obras. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “En verdad, existe un pedazo de carne en vuestros cuerpos, el cual, si está sano, el cuerpo entero estará sano, y si está corrupto, entonces el cuerpo entero se corromperá. Ciertamente, es el corazón”.
Cada musulmán y musulmana debe  preocuparse  por tener un corazón sano, porque en ello radica la aceptación de las buenas acciones. Sabed que el Día de la Resurrección servirá el tener corazón sano. Allâh dice: “El día en que ni la riqueza ni los hijos servirán de nada. Solo quien venga a Allâh con un corazón limpio” [Sûrah Ash-Shu‘arâ (26), âyât 88 y 89].
Allâh mira a los corazones. Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Allâh no observa vuestro cuerpo ni vuestra apariencia, sino que observa vuestros corazones y vuestras obras”. [Muslim].
‘Abdullâh Ibn Omar (radiallâhu anhumâ) narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El mejor de la gente es quien posee un corazón bueno y lengua que dice la verdad”. Se le preguntó: “¿Qué significa ‘corazón bueno’?” Respondió (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Es el corazón puro y limpio de todo pecado y envidia”. La gente preguntó: “¿Y quién más de la gente es considerado de los mejores?” Respondió (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Es quien detesta el mundo terrenal y ama el Otro Mundo”. “¿Y quién más?” preguntaron. Respondió (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Un creyente de buena conducta”. [Ibn Maÿah].
Allâh prometió una gran recompensa a los que se guardan de su propia codicia y esto no es propio de lo material, sino que traspasa para incluir lo espiritual como el perdón, tolerancia, limpieza de ira y de odio. Tener un corazón limpio y puro de todo lo malo constituye una buena cualidad que muchos musulmanes no comprenden cabalmente, pese a ser una de las razones de su entrada al Paraíso.
Anas Ibn Malik (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos un día con el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y nos dijo: “Aparecerá un hombre de los del Paraíso”. Pronto un hombre de los Ansâr apareció con sus zapatos colgados en la mano izquierda y nos saludó. El día siguiente, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo lo mismo del día anterior y el mismo hombre apareció. El tercer día, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) contó lo mismo y una vez más el mismo hombre apareció. Una vez que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se había ido, ‘Abdullâh Ibn ‘Amr Ibn Al-‘As (radiallâhu ‘anhu) siguió al hombre contándole que tras una disputa con el padre, éste lo expulsó de la casa y por ello tenía que permanecer fuera del hogar por tres días y le pidió si podía acogerlo en su casa. El hombre aceptó. Anas comentó que ‘Abdullâh permaneció en la casa del mencionado hombre tres días y notó que el hombre no se levantaba para hacer oraciones voluntarias por la noche, sino cada vez que se volteaba en su lecho no decía sino buenas palabras. Al pasar las tres noches y cuando ‘Abdullâh notó que era muy poca cosa lo que el hombre hacía, le comentó que no había habido pelea alguna con el padre, tampoco fue expulsado de la casa sino lo que quería saber era por qué el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo que el hombre era de la gente del Paraíso tres veces seguidas, y por ello ‘Abdullâh quería ver qué es lo que hacía el hombre de extraordinario. El hombre le comentó que nada hacía fuera de lo común y que lo único que hacía que no engañaba a ningún musulmán tampoco envidiaba a algún musulmán por las mercedes otorgadas por Allâh. ‘Abdullâh (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Por eso has llegado muy lejos y eso es lo que nosotros no hemos podido hacer”. [Ahmad].
Por eso, el Islam trata de eliminar los principios de la disputa y la discordia. El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Que no haya ruptura entre sí, tampoco intriga, odio, y envidia. ¡Oh Siervos de Dios!, que seáis hermanos”.
Abû Huraîrah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El musulmán es hermano del musulmán, no lo traiciona, no le miente y no lo abandona ante las dificultades. De todo musulmán es sagrado para otro musulmán: su honor, su riqueza y su vida. La piedad (taqûâ) está aquí (indicando el corazón). Por cierto que quien desprecie o humille a su hermano musulmán habrá cometido un terrible pecado”. [Al-Tirmidhî].
Abû Huraîrah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Entrarán al Ÿannah las personas cuyos corazones se asemejan al de los pájaros”. [Muslim]. Es decir, pechos limpios de faltas y maldades y llenos de temor por Su Creador y confiados en su Señor. Allâh en Su libro elogia a los Ansâr de Madinah por la limpieza de sus corazones y por su pureza y falta de rasgos despreciables de carácter. Dice el Qurân: “no sienten envidia alguna en sus corazones por lo que se les ha dado y los prefieren a sí mismos” [Sûrah Al-Hashr (59). Âyah 9].
Se narra que uno de los sahabah decía todas las mañanas lo siguiente: “¡Allah! Yo no poseo dinero para que pueda hacer caridad a los demás, pero la caridad que hago es perdonar a los que me insulten”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo alabando la actitud del hombre: “¡¿Quién puede ser como el?!”.
Veamos ahora cómo podemos curar nuestro corazón:
1) Mediante el Dhikr, el recuerdo de Allâh: En la interpretación de la Sûrah Ar-Ra‘ad (El Trueno) encontramos: “Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allâh ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allâh con lo que se tranquilizan los corazones?”. [Sûrah Ar-Ra‘ad (13), âyah 29]. Y en otra sûrah dice: “¡Vosotros que creéis! Recordad a Allâh invocándolo mucho. Y glorificadlo mañana y tarde”. [Sûrah Al-Ajzâb (33), âyât 41 y 42].
2) Aumentar las acciones voluntarias que acercan más Allâh.
3) Pensar bien de los musulmanes.
4) Alejarse de las discusiones y malos entendidos.
5) Evitar el enojo, la ira, la envidia etc.
6) No espiar a otros musulmanes.
7) Abandonar la murmuración y a las personas, lugares o situaciones donde se murmura.
8) Desear el bien para la humanidad.
9) Aceptar las disculpas y perdonar a la gente.
Quiera Allâh darnos el Taufîq de entender estas enseñanzas y poder practicarlas. Amîn.
wa salam u alykum wa rahmatullah
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sábado, 28 de febrero de 2015

NASHEED


NO TE ENTRISTEZCAS, ALLAH SIEMPRE ESTÁ CONTIGO


NO TE ENTRISTEZCAS, ALLAH SIEMPRE ESTÁ CONTIGO 



En el Nombre de Allah, 

Misericordioso, Compasivo. 

Alabado sea Allâh por habernos 

guiado al Camino Recto, 

habernos honrado con el Islam y 

guiarnos a la fe. Que Sus 

bendiciones sean con el sello de 

los Mensajeros y Profetas, aquel 

que transmitió el Mensaje y 

cumplió con lo que Allah le 

encomendó, hasta que lo 

alcanzó la muerte por orden de 

Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus 

distinguidos compañeros.

Hermanos y hermanas hoy trataremos a cerca de no te entristecerte, porque Allâh está 

siempre contigo.

Todo el tiempo se nos alienta a estar conscientes de Allâh. Como humanos no sabemos ni 

siquiera lo que ocurre con nosotros mismos. Pero nada está oculto para Allâh. Dice Allâh 

en el Sagrado Qurân: “Él tiene las llaves del No-Visto Y sólo Él lo conoce; y sabe lo 
que hay en la tierra y en el mar. No cae una sola hoja sin que Él no lo sepa, ni hay 
semilla en la profundidad de la tierra, ni nada húmedo o seco que no esté en un libro claro”

Si estás atravesando momentos de angustia y dolor, recuerda a Allâh, invoca Su nombre y 

pídele ayuda. Coloca tu frente en el suelo y alábalo para obtener así la verdadera libertad. 


Eleva tus manos mientras realizas la súplica, y pídele constantemente. Póstrate frente a Su  puerta, ten buenos pensamientos sobre Él y espera Su ayuda. Entonces encontrarás la 

felicidad y el éxito verdaderos. Si ves que la cuerda se tensa cada vez más, sabe que se 

cortará

Luego de las lágrimas llega la sonrisa, el miedo es reemplazado con el bienestar y la 

serenidad se apodera de la ansiedad. El Profeta Musa (‘alaihis-salam) no se ahogó en el 

Mar, porque pronunció firmemente con confianza y fortaleza: “¡No, no nos alcanzarán! 
Pues mi Señor está conmigo, y Él me indicará [qué hacer para salvarnos]” [Sûrah 
Ash-Shu‘ârâ (26), âyah 62].

Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Y tanto si guardáis en secreto lo que decís como si lo divulgáis... Él es Conocedor de lo que encierran los pechos” (Sûrah Al Mulk [67], âyah 13) Por su parte Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) nos transmitió lo que Allâh ha dicho: “Yo trato a mi siervo de acuerdo con lo que él espera de Mí”.

Allâh Subhanahu wa Ta‘âla le será suficiente en todo, aun cuando los cielos, la tierra, o lo que hay entre ambos lo agobien, Allâh Altísimo le dará una salida.

Si por ejemplo vemos en la historia de Mûsa (‘alaihis-salâm), cuando Allâh inspiró a su madre:“Amamántalo y cuando temas por él, déjalo en el río, y no temas ni te entristezcas porque te lo devolveremos y haremos de él uno de los enviados” (Sûrah 

Qasas [28], âyah 7), entonces Allâh protegió y ayudó a Mûsa (‘alaihis-salâm) estando en la 

casa de su enemigo, el Faraón. En el mismo sentido, Allâh sacó al Profeta Yûsuf (‘alaihis-

salâm) de la profundidad del pozo y lo honró convirtiéndolo en rey de Egipto. También 

Allâh  alivió a Ibrahim (‘alaihis-salâm) del fuego y le concedió el honor de ser llamado el Amigo de  Allâh. El Profeta Ayûb (‘alaihis-salâm) tenía felicidad, riqueza, hijos, salud y gozó de todos 

estos dones de Allâh por aproximadamente 80 años; después vino la orden de Allâh y 

murieron todos sus  hijos, su salud se convirtió en enfermedad, la riqueza en pobreza, la 

felicidad en tristeza y sufrió mucho, pero nunca desespero de la ayuda de Allâh. Después 

de 8 años Allâh le devolvió a Ayûb (‘alaihis-salâm) todo lo que tenía.

A través de estos ejemplos y estas historias, Allâh nos enseña que quien busca Su ayuda, Él lo ayudará. 

Abû Bakr As-Siddîq (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Cuando estábamos en la cueva vi los pies de los idólatras que nos perseguían, dije: “¡Enviado de Allâh! Si alguno mirara a sus pies nos verían”. Me dijo: “¿Qué crees, Abû Bakr, de dos cuyo Tercero es Allâh?”. [Al-Bujâri y Muslim]. Luego la paz y la tranquilidad descendieron sobre ellos.

Abû Huraîrah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Dirá Allâh Subhanahu wa Ta‘âlâ: “¡Yo soy como mi siervo cree que soy con él. Estoy con él si Me recuerda. Cuando Me recuerda en la intimidad de su ser, lo recuerdo en la intimidad de Mi Ser, si Me recuerda ante un grupo, lo recuerdo ante un grupo mejor que su grupo!”. [Al-Bujâri y Muslim].

Dijo también el Mensajero de Allâh: “La mejor forma de adoración es esperar (con paciencia) un resultado feliz”. [At-Tirmidhi]. Si una situación alcanza un nivel crítico, luego llegará la luz y se abrirá una salida. Allâh dice: “(…) Y sabed que Allâh le facilitará a quien Le tema todos sus asuntos”[Sûrah (65), âyah 4]. Sé positivo y espera lo mejor ya que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) relata estas palabras de Allâh: “Ten en mente que el éxito se alcanza con la paciencia y el alivio llega después de la dificultad”. No te deprimas porque tienes a tu Señor quien dio solución a tus asuntos ayer y te las dará de igual manera mañana.

El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Es admirable el caso del creyente! Todo asunto encierra un bien para él y esto no ocurre con otro que no sea creyente. Pues, si le llega la facilidad y es agradecido con Allâh, hay un bien para él. Y si tiene paciencia ante la dificultad, también consigue un bien para él”.

Ibn ‘Abbâs (radiallâhu ‘anhu) perdió la vista, pero encontró alivio al pronunciar las siguientes palabras: “Si Allâh me quita la luz de mis ojos, mi corazón permanecerá iluminado, mi corazón entiende y mi mente no es perversa, y mi lengua es como el filo de una espada sin desenfundar”. Se consoló a sí mismo recordando los innumerables favores de Allâh que aún le quedaban habiendo perdido sólo uno de ellos.

En un solo día ‘Urwah Ibn Az-Zubair (radiallâhu ‘anhu) perdió una de sus piernas y se enteró que su hijo había muerto. Esta fue su reacción: “¡Oh, Allâh! A Ti pertenecen todas las alabanzas. Si lo has quitado, también me lo has dado. Y si me has puesto a prueba con estas dificultades, también me has salvado y cuidado. Me has dado cuatro extremidades mas sólo te has llevado una. Me has bendecido con cuatro hijos más sólo te has llevado uno”. Dice Allâh en el Qurân: “Les retribuirá con el Paraíso y con vestimentas de seda por haber tenido paciencia”  [Sûrah Al-Insân (76), âyah 12].

El hijo de Noé dejó de tener expectativas de Allâh y no solo fue abandonado sino que además Allâh lo convirtió en un ejemplo de su abandono. Dice el Sagrado Qurân: “Dijo [su hijo]: Me refugiaré en una montaña que me protegerá de las aguas” [Sûrah Hud (11), âyah 43]. Si se hubiera dirigido a Allâh (Enaltecido y exaltado sea), el resultado habría sido muy diferente.

Como dice Allâh en un Hadîth Qudsî (Dicho Sagrado de Allâh): “Oh hijo de Âdam! Te he creado para Mi adoración, por eso, no juegues, Yo he decidido tu sustento, no te agotes; si es mucho, no te alegres; y si es poco, no te entristezcas”.

Abu-Dhar (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo que Allâh Altísimo ha dicho: “¡Oh, siervos míos! Todos estáis extraviados, salvo a quien yo guío, así que pedidme la guía que os guiare. ¡Oh siervos míos! Todos estáis hambrientos, salvo a quien he dado de comer, así que pedidme alimento que os alimentare. ¡Oh siervos míos! Todos estáis desnudos salvo a quien he vestido. ¡Así que pedidme vestimenta! que os vestiré. ¡Oh siervos míos! Cometéis errores noche y día, y yo os perdono todos ellos, ¡así que pedidme perdón! que he de perdonaros. ¡Oh siervos míos! No alcanzareis perjuicio con el cual podáis perjudicarme, ni alcanzareis beneficio con el cual podáis beneficiarme. ¡Oh siervos míos! Si el primero de vosotros y el último, los humanos y los genios, fueran tan piadosos como el corazón del más piadoso, no añadiría esto nada a mi reino. ¡Oh siervos míos! Si el primero de vosotros y el último, los humanos y los genios, fueran tan corruptos como el corazón del más corrupto, no disminuiría esto en nada a mi reino. ¡Oh siervos míos! si el primero de vosotros y el ultimo, humanos y genios, se reuniesen en un mismo lugar, pidiéndome y yo otorgándoles a cada uno su petición, no decrecería lo que poseo, así como no decrece (el nivel de) el mar si una aguja es introducida en él. ¡Oh siervos míos! Ciertamente, son vuestras obras, las que os computo, y luego os las recompensaré. Quien encuentre bien que alabe a Allâh, y quien encuentre lo contrario  que no reproche por ello sino a sí mismo”

Por eso, como creyentes, a pesar de nuestras dificultades y condiciones siempre debemos buscar la ayuda de Allâh con paciencia y oración, como Allâh nos enseña en el Qurân: “¡Vosotros que creéis! Buscad ayuda a través de la paciencia y de la Oración; es cierto que Allâh está con los pacientes”(Sûrah Al Baqarah [2], âyah 153).

Quiera Allâh darnos el Taufîq de entender estas enseñanzas y poder practicarlas. Amîn.

 

domingo, 22 de febrero de 2015

ADELANTARSE EN HACER BUENAS ACCIONES


ADELANTARSE EN HACER BUENAS ACCIONES 




En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.

Adelantarse en hacer buenas acciones....

Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Y dales la buena noticia a los que creen y practican las acciones de bien, de que tendrán jardines por cuyo suelo corren los ríos. Cada vez que se les provea con frutos de estos jardines para que se alimenten, dirán: Esto es lo mismo que antes se nos daba. Sin embargo lo que se les dé, sólo será parecido. Allí tendrán esposas puras y serán inmortales.”(Sûrah Al Baqarah [2], âyah 25); y dice también: “Es cierto que los que creen y llevan a cabo las acciones de rectitud, tendrán como hospedaje el Jardín del Firdaus. Allí serán inmortales y no desearán ningún cambio de situación” (Sûrah Al Kahf [18], âyât 107 y 108); y dice también: “Pero los que creen y llevan a cabo las acciones de bien, son lo mejor de todas las criaturas. La recompensa que junto a su Señor les espera, son los Jardines de Adn por cuyo suelo corren los ríos. En ellos serán inmortales para siempre. Allah estará satisfecho de ellos y ellos lo estarán de Él. Esto es para quien tema a su Señor.” (Sûrah Al Baiyinah [98], âyât 7 y 8).

Las obras del ser humano son el resultado de cómo aprovechó su vida. De lo que lleve de este mundo dependerá su destino en el Âjirah. Dijo el Profeta Muhammad (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “Tres cosas seguirán al difunto [en su funeral], su familia, sus bienes y sus acciones. Dos cosas regresarán y una quedará. Regresarán su familia junto con sus bienes, y quedarán sólo sus acciones”. Las  acciones serán compañeras y amigas del ser humano en su tumba. Si son buenas, será recompensado, y si son malas será castigado.

Hermanos y hermanas, nuestras buenas acciones nos ayudarán no solamente en este mundo si no que también en la agonía de la muerte. Cuando una persona tenga el deseo de hacer buenas obras, pero ya sea demasiado tarde. Como Allâh lo describe en el Sagrado Qurân: “Y cuando le llegue la muerte a uno de ellos, entonces dirá: Señor déjame volver para que pueda actuar con rectitud en lo que descuidé. Pero no, sólo son palabras que dice. Ante ellos habrá un período intermedio hasta que llegue el día en que sean devueltos a la vida. Entonces se soplará el cuerno. Ese día no habrá entre ellos consanguinidad ni se preguntarán unos a otros. Aquellos cuyas obras pesen en la balanza... Esos serán los afortunados. Y aquellos cuyas obras no tengan peso en la balanza... Esos serán los que se habrán perdido a sí mismos y serán inmortales en Ÿahannam. El Fuego les abrasará la cara y quedarán desfigurados” (Sûrah Al Mu.minûn [23], âyât 99 a 104). Los moradores del infierno, desearan volver a la vida para obrar el bien, como Allâh dice en Qurân: “Estando en él gritarán: ¡Señor nuestro! Sácanos y obraremos con rectitud y no como hicimos antes. ¿Acaso no os concedimos una vida larga en la que pudiera recapacitar quien lo hiciere, y acaso no os llegaron advertidores? ¡Así pues, gustad! No habrá nadie que defienda a los injustos” (Sûrah Al Fâtir [35], âyah 37).

El Profeta Muhammad (sallallâhu 'alaihi wa sallam) dijo: “Emprended acciones virtuosas y no las retraseis. Pues se avecinan grandes pruebas como una parte de la noche oscura. Amanecerá el hombre creyente y anochecerá incrédulo; y anochecerá creyente y amanecerá incrédulo. Venderá su Dîn por los bienes efímeros de este mundo.”
Dijo también Rasûlullâh (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “Emprended las buenas obras antes de que os lleguen asuntos que os las impidan: como una pobreza acuciante que os impida realizar una obra benéfica; o una riqueza de abusos y excesos que os entretenga en asuntos mundanales; o una enfermedad que os deje incapacitados para hacer algo; o una vejez que desvaría; o una muerte repentina; o lo peor que se puede esperar, el Anticristo; o lo que es más amargo, la Hora”.

Al leer el Qurân encontraremos que siempre Allâh nos dirige a dejar las cosas mundanales y dirigirnos a hacer buenas obras.  Allâh: “A todo ser humano le hemos atado su destino al cuello y el Día del Levantamiento le sacaremos un libro que encontrará abierto. ¡Lee tu libro! Hoy te bastas a ti mismo para llevar tu cuenta” (Sûrah Al Isrâ [17], âyât 13 y 14). También dice Allâh: “Ese día los hombres saldrán en grupos para ver sus obras: Y el que haya hecho el peso de una brizna de bien, lo verá; y el que haya hecho el peso de una brizna de mal, lo verá” (Sûrah Az-Zalzalah [99], âyât 6 a 9).

Cada momento en nuestra vida es muy valioso, por eso a la gente que cuidaron su tiempo y obraron el bien, se les dirá mañana en el Día del Juicio Final: “Comed y bebed tranquilos por el bien que hicisteis en los días pasados” (Sûrah Al Hâqqah [69], âyah 24).

 Ubai Ibn Kaab, Allah narra: “Hubo un hombre de los ansar, que no conozco otro que viviera más lejos de la mezquita que él y sin embargo no se le escapaba una oración. Le dijeron: ‘¡Si te compraras un burro y fueses montado en él, las noches de oscuridad y los días de calor serían menos penosos para ti !’Dijo: ‘¡No me alegraría que mi casa estuviera al lado de la mezquita. Lo que ciertamente quisiera es que se me anotaran mis pasos hacia la mezquita y los de mi regreso con mi familia!’ Le dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz: ‘¡Allah, ya te los ha reunido todos ellos!’.”

Entonces, hermanos y hermanas, es muy importante preocuparnos de no caer en las trampas de Shaitân y seguir nuestro nafs (ego). Debemos siempre pedir a Allâh que nos ayuda contra Shaitân y a superar nuestro ego, porque el Profeta (sallallâhu 'alaihi wa sallam) dijo: “El dotado de intelecto es aquel que controla su ego y obra para lo que viene después de la muerte. En cambio el necio, es quien sigue su ego y tiene esperanza en Allâh”.

En una ocasión en que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se encontraba sentado junto con sus compañeros (radiallâhu ‘anhum) les preguntó: “¿Quién de ustedes se levantó esta mañana ayunando?” Abû Bakr (radiallâhu ‘anhu) respondió: “Yo, Rasûlullâh” El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) preguntó: “¿Quién de entre ustedes asistió a un funeral hoy?” Abû Bakr (radiallâhu ‘anhu) respondió: “Yo, Rasûlullâh” El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) preguntó: “¿Quién de entre ustedes alimentó a un necesitado hoy?” Abû Bakr (radiallâhu ‘anhu) respondió: “Yo, Rasûlullâh” El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) preguntó: “¿Quién de entre ustedes visitó a un enfermo hoy?”Abû Bakr (radiallâhu ‘anhu) respondió: “Yo, Rasûlullâh” El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) luego dijo: “Aquella persona quien reúna todas estas cualidades entrará al Ÿannah”.

De  Rabiah Ibn Kaab Al Aslami, criado del Mensajero de Allah, Él le bendiga y le dé paz. Y que era de As Suffa uno de los que estaban instalados al final de la mezquita y que no tenían vivienda por su pobreza, Allah esté complacido con él. Y dijo: “Dormía con el Mensajero de Allah, Él le bendiga y dé paz, y le solía traer el agua para la ablución y lo que necesitaba. Pues, me dijo: ‘¡Pídeme algo!’ Y yo le dije: ‘Pide a Allah que esté yo en tu compañía en el Jardín.’ Y dijo: ‘Pídeme otra cosa que no sea esa.’Dije: ‘¡No, eso mismo!’ Dijo: ‘Ayúdame pues, en mis peticiones, orando tú con frecuencia’.”

De Abu Abdallah y se dijo: Abu Abdurrahmán Zaubán, Allah esté complacido con él. Criado del Mensajero de Allah, Él le bendiga y dé paz, que le oyó decir: “Debes hacer la postración muchas veces. Ya que realmente, no hay una vez que hagas la postración para Allah, que no te eleve Él por ella un grado y te borre una falta’.”

 De Abu Safuán Abdallah Ibn Busr Al Aslami, Allah esté complacido con él que dijo el Mensajero de Allah, Él le bendiga y dé paz: “El mejor de entre la gente es aquel que tuvo una vida más larga siendo un bienhechor.”

Para terminar, reflexionemos en los siguientes versículos del Noble Qurân:  “A todo ser humano le hemos atado su destino al cuello y el Día del Levantamiento le sacaremos un libro que encontrará abierto. ¡Lee tu libro! Hoy te bastas a ti mismo para llevar tu cuenta” (Sûrah Al Isrâ [17], âyât 13 y 14). También dice Allâh: “Ese día los hombres saldrán en grupos para ver sus obras: Y el que haya hecho el peso de una brizna de bien, lo verá; y el que haya hecho el peso de una brizna de mal, lo verá” (Sûrah Az-Zalzalah [99], âyât 6 a 9).

Hermanos y hermanas, pidamos mucho a Allâh para que nos permita vivir esta vida teniendo como objetivo el Âjirah. Amîn.

 

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jueves, 29 de enero de 2015

¿Por qué nosotros los musulmanes debemos vivir en paz?


En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, hoy nos invita a reflexionar en torno a ¿Por qué nosotros los musulmanes debemos vivir en paz?
Salâm (Paz) es uno de los hermosos nombres de Allâh. Allâh dice en el Sagrado Qurân: “Él es Allâh, Quien no hay dios sino El, el Rey, el Purísimo, la Paz, el que da Seguridad, el Vigilante, el Irresistible, el Compulsivo, el Soberbio. ¡Gloria a Allâh por encima de lo que asocian!” [Sûrah Al-Hashr (59), âyah 23].
Allâh llama al Paraíso, Dârus-Salâm, la Morada de la Paz, y Allâh invita a toda la humanidad hacia ella. Dice Allâh en el Qurân: “Y Allâh invita a la Morada de la Paz y guía a quien quiere al camino recto”. Allâh hizo Dârus-Salâm para aquellos que son humildes y no propagan la corrupción. Dice Allâh: “Esa es la Morada de la Última Vida que concedemos a quienes no quieren ser altivos en la tierra ni corromper. Y el buen fin es para los que tienen temor (de Allâh)” [Sûrah Al-Qasas (28), âyah 83]. Dice también Allâh: “¿Y qué mejor palabra que la de aquel que llama (a los demás) a Allâh, obra con rectitud y dice: Yo soy de los musulmanes? No son iguales la bondad y la maldad; responde con la mejor actitud y aquel con el que tenías enemistad será un amigo ardiente. Pero esto no lo consiguen sino los que tienen paciencia, no lo consigue sino el dotado de una suerte inmensa” [Sûrah Al-Fussilat (41), âyât 33 a 35].
Narraron Abû Dharr y Mu‘âdh Ibnu Ÿabal (radiallâhu ‘anhumâ) que el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Ten temor de Allâh donde quiera que te encuentres. Si cometes un pecado, haz inmediatamente una buena acción que borre la falta anterior, y compórtate con la gente de la mejor manera” [At-Tirmidhî].
Debemos vivir en paz con Allâh obedeciéndolo. Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “Si las gentes de las ciudades hubieran creído y se hubieran guardado, les habríamos abierto las bendiciones del cielo y de la tierra” [Sûrah Al-A’raf (7), âyah 96]; debemos vivir en Paz con los Profetas siguiendo sus maravillosos ejemplos, al respecto dice Allâh también en el Qurân: “Esos son a los que Allâh ha guiado: ¡Déjate llevar por su guía! Di: No os pido ningún pago por ello, no es sino un recuerdo para los mundos” [Sûrah Al-An‘âm (6), âyah 90]; debemos vivir en paz con la gente en general respetándolos. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Compórtate con la gente de la mejor manera”; debemos vivir en paz con los animales cuidándolos y no maltratándolos. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo una vez a sus compañeros: “Tengan temor de Allâh en cuanto a los tratos con sus animales, ciertamente Allâh les preguntara sobre esto”; debemos vivir en paz con las otras creaciones de Allâh cumpliendo con sus derechos. El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La creación es la familia de Allâh, y la mejor persona ante Allâh es aquel que beneficia la creación de Allâh”.
Ibn Abbas (radiallâhu ‘anhuma) dijo que el Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) tenía mucho entusiasmo de que toda la humanidad deba tener Imân. En muchos versos del Sagrado Qurân, Allâh da consuelo al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le dice que no se destruya a sí mismo, porque la Guía de la humanidad no está en sus manos y dice también el Altísimo: “Y tal vez te vayas a consumir de pena en pos de ellos si no creen en este relato” [Sûrah Al-Kahf (18), âyah 6].
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Un musulmán es aquel que no provoca daño a los otros musulmanes por su lengua ni por sus manos”. Dijo también (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Aquel que levanta su arma contra nosotros, no es de los nuestros”. Dijo también (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Aquel que nos engaña, no es de los nuestros”. Y dijo también (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Los creyentes que más completo tienen su Imân son los que poseen el mejor carácter”.
El Islam también propaga la paz universal. Allâh dice: “Y unió sus corazones. Aunque hubieras gastado todo cuanto hay en la tierra no habrías conseguido unir sus corazones, sin embargo Allâh los unió. Verdaderamente Él es Irresistible, Sabio” [Sûrah Al-Anfâl (8), âyah 62], y dice también el Altísimo: “Allâh no os prohíbe que tratéis bien y con justicia a los que no os hayan combatido a causa de vuestra creencia ni os hayan hecho abandonar vuestros hogares. Es cierto que Allâh ama a los equitativos” [Sûrah Al-Mumtahanah (60), âyah 8].
El Islam también nos invita a conocernos unos a otros. Dice Allâh: “¡Hombres! Os hemos creado a partir de un varón y de una hembra y os hemos hecho pueblos y tribus distintos para que os reconocierais unos a otros” [Sûrah Al-Huÿurât (49), âyah 13].
El Islam también nos enseña cómo debemos tratar a los no musulmanes. Allâh dice que si el asociador nos pide refugio, debemos dárselo, como fue el caso de Suhail bin Amr, dice Allâh en Qurân: “Y si alguno de los asociadores busca tu protección, recíbelo hasta que haya escuchado la palabra de Allâh y luego hazlo llegar hasta un lugar en el que esté seguro. Eso es porque ellos son gente que no sabe” [Sûrah At-Taubah (9), âyah 6].
Una vez, Asmâ, la hija de Abu Bakr (radiallâhu ‘anhumâ) dijo: “Vino a visitarme mi madre, que no era musulmana. Pregunté al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) si debía tratarla bien, y él (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió afirmativamente”.
El Islam, también, nos enseña a ayudarnos unos a otros y a abstenernos de la enemistad. Allâh dice en el Qurân: “Y buscad ayuda en la virtud y en el temor (de Allâh), no en la desobediencia ni en la trasgresión. Y temed a Allâh, es cierto que Allâh es Fuerte castigando” [Sûrah Al-Mâidah (5), âyah 3].
Una vez, Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) envió un grupo hacia Naÿd. Ellos capturaron al líder de la gente de Yamâmah, su nombre era Thumâmah bin Uthâl, quien fue mantenido como prisionero en la Mezquita del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Thumâmah había declarado la guerra a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) porque sentía un gran odio por él. Por eso cuando estuvo prisionero en la Mezquita, el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y los sahâbah (radiallâhu ‘anhum) demostraron el Ajlâq del Islam y le dieron un buen trato, además Thumâmah vio como ellos se trataban entre sí. Durante tres días el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) habló con él, y al tercer día fue liberado. Thumâmah se dirigió a un jardín cercano, tomo un baño y regresó donde el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) diciendo: Ash-hadu anlâ ilâha illallâh wa annaka Rasûlullâh, y agregó: “¡Por Allâh! No había rostro más odiado por mí que tu rostro, pero ahora tu rostro es el rostro más amado para mí sobre la faz de esta tierra. No había Dîn más odiado por mí que tu Dîn, pero ahora, tu Dîn es el más amado por mí. Y no había una ciudad más odiada por mí que tu ciudad, pero ahora tu ciudad es la más querida para mí que todas las ciudades sobre la faz de esta tierra”.
Queridos hermanos, los musulmanes en estos días están sufriendo grandes calamidades. Se podrían dar muchas causas para esta situación, algunos dicen que son el resultado de los planes de nuestros enemigos; otros dirán que es consecuencia de la mala situación económica o del atraso tecnológico de los musulmanes. Todos éstos no son sino síntomas de la enfermedad, pues la verdadera causa de esta lamentable condición es la negligencia de los musulmanes en su práctica religiosa individual y colectiva. Dice Allâh: “¿Por qué cuando os sobrevino un revés, a pesar de que vosotros habíais causado el doble, dijisteis: ¿A qué se debe esto? Se debe a vosotros mismos; ciertamente Allâh tiene poder sobre todas las cosas” [Sûrah Ali ‘Imran (3), âyah 165], y dice también el Altísimo:“Cierto que Allâh no cambia lo que una gente tiene hasta que ellos no han cambiado lo que hay en sí mismos” [Sûrah Ar-Ra’d (13), âyah 11].
Los musulmanes en su historia han pasado por períodos más difíciles que el presente, en cuanto a aflicciones, siendo perseguidos por sus enemigos. Ellos se volvieron sinceramente hacia su religión con Fe y conocimiento. Luego, obtuvieron la seguridad y recuperaron su honor, unidad y bienestar bajo la sombra de la ley Islámica, las heridas fueron curadas y su condición recuperada. En esta época, la calamidad es realmente grande para los musulmanes pero, sigue siendo válida la misma solución que permitió la recuperación de las generaciones precedentes. Culpar a los enemigos del Islam por estas tribulaciones no absuelve a los musulmanes de la responsabilidad que tienen por su propia desgracia. ¿Cómo pretenden los musulmanes que los incrédulos resuelvan sus problemas, cuando ellos mismos fallan en hacerlo a través del Libro de Allâh, la sunnah de su Profeta (sallallâhu 'alaihi wa sallam), y la luz de sus intereses y de las generaciones venideras? La solución para los musulmanes está en Allâh, en sus gobernantes y sabios para que les guíen y les enseñen lo bueno, ordenándoles que cumplan con ello y que se aparten del mal en todo lo concerniente a su vida y religión. Esta es una gran responsabilidad que requiere de una voluntad fuerte y sincera.
Allâh menciona estas cualidades en el Sagrado Qurân y dice: “Los siervos del Misericordioso son aquéllos que caminan por la tierra humildemente y que cuando los ignorantes les dirigen la palabra, dicen: Paz. Y los que pasan la noche postrados y en pie, por su Señor. Y los que dicen: ¡Señor nuestro! Aparta de nosotros el castigo de Yahannam; realmente su castigo es un tormento permanente. Y es un mal hospedaje y una mala residencia. Y aquéllos que cuando gastan ni derrochan ni son avaros, sino un término medio entre ambas cosas. Y los que no invocan junto a Allâh a ningún otro dios ni matan a nadie que Allâh haya hecho inviolable a menos que sea con derecho; ni fornican, pues quien lo haga, encontrará la consecuencia de su falta. El Día del Levantamiento le será doblado el castigo y en él será inmortal, envilecido. Excepto quien se vuelva atrás, crea y obre rectamente, a ésos Allâh les sustituirá sus malas acciones por buenas. Allâh es Perdonador y Compasivo. Y quien se vuelva atrás y actúe rectamente, se habrá vuelto verdaderamente a Allâh. Los que no prestan atención a la mentira y cuando pasan junto a la frivolidad lo hacen con nobleza. Y aquéllos que cuando se les mencionan los signos de su Señor no pretenden que ni los oyen ni los ven. Y los que dicen: ¡Señor nuestro! Concédenos en nuestras esposas descendencia y frescura de ojos y haznos un modelo para los que tienen temor (de Allâh). Esos tendrán como recompensa la Estancia más alta porque fueron pacientes. Y serán recibidos con saludo y paz. Allí serán inmortales. ¡Qué hermosa morada y lugar de permanencia! Di: ¿Qué atención os iba a prestar Mi Señor de no ser por vuestra súplica? Pero habéis negado la verdad y (el castigo) será inseparable (de vosotros)”[Sûrah Al-Furqân (25), âyât 63 a 77].
Abu Dhar (radiallâhu ‘anhu) narró que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo en un Hadîth Qudsi (un dicho Sagrado de Allâh) que Allâh Subhanahu wa Ta‘âlâ ha dicho: “¡Oh siervos míos! Ciertamente me he prohibido la injusticia, y la he prohibido entre vosotros, así que no seáis injustos unos con otros. ¡Oh siervos míos! todos estáis extraviados, salvo a quien yo guío, así que pedidme la guía que os guiaré. ¡Oh siervos míos! Todos estáis hambrientos, salvo a quien he dado de comer, así que pedidme alimento que os alimentaré. ¡Oh siervos míos! Todos estáis desnudos salvo a quien he vestido. ¡Así que pedidme vestimenta! que os vestiré. ¡Oh siervos míos! Cometéis errores noche y día, y yo os perdono todos ellos, ¡Así que pedidme perdón! que he de perdonaros. ¡Oh siervos míos! No alcanzaréis perjuicio con el cual podáis perjudicarme, ni alcanzaréis beneficio con el cual podáis beneficiarme. ¡Oh siervos míos! Si el primero de vosotros y el último, los humanos y los genios, fueran tan piadosos como el corazón del más piadoso, no añadiría esto nada a mi reino. ¡Oh siervos míos! Si el primero de vosotros y el último, los humanos y los genios, fueran tan corruptos como el corazón del más corrupto, no disminuiría esto en nada a mi reino. ¡Oh siervos míos! Si el primero de vosotros y el último, humanos y genios, se reuniesen en un mismo lugar, pidiéndome y yo otorgándoles a cada uno su petición, no decrecería lo que poseo, así como no decrece (el nivel de) el mar si una aguja es introducida en él. ¡Oh siervos míos! Ciertamente, son vuestras obras, las que os computo, y luego os las recompensaré. Quien encuentre bien que alabe a Allâh, y quien encuentre lo contrario que no reproche por ello sino a sí mismo”. Esta hadîth es una base del Islam y uno de los sustentos del Dîn completo.
Dice Allâh: “Quien obre con rectitud lo hará en su propio bien, y quien obre mal lo hará en contra de sí mismo; tu Señor no es injusto con los siervos” [Sûrah Fussilat (41), âyah 46]. Dice también el Altísimo: “Pero quien practique las acciones de rectitud y sea creyente que no tema injusticia ni menoscabo” [Sûrah Ta Ha (20), âyah 112].
Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que el verdadero significado de la Paz entre el corazón de cada ser humano; roguémosle también para que Su Paz impere en cada lugar de esta tierra; y roguémosle también para que proteja a cada musulmán que vive en paz con Allâh, con su Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), con la humanidad y con cada criatura de Allâh. Âmîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh
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