Cuando Jesús realizaba sus milagros, admitía que su poder no era proveniente de Él sino venido de Dios: "Ciertamente os digo a vosotros, el Hijo no puede hacer nada por sí mismo, excepto lo que el Padre permita". Juan 5:19. Nuevamente reafirma y dice: "Yo por mi propia cuenta, no puedo hacer nada: Lo que escucho, lo juzgo, y mi juicio no lo sigo de mí mismo, sino del Padre que me ha enviado". Juan 5:30.
Dios no solo que es es Todopoderoso, sino la fuente de todo poder y autoridad. Que Jesús haya admitido, su limitación del conocimiento de todo, es una prueba clara de que Él no era Todopoderoso, por lo tanto no era Dios.
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