Meca - Kaaba

La peregrinación hasta La Meca y la Kaaba, o Hajj, es uno de los cinco pilares del islam.

MADINA

Primera Masjid (Mezquita) del mundo es la Mezquita del Profeta Muhammad (La paz sea con Él)

LOS CINCO PILARES DEL ISLAM

La Declaración de Fé (Shahadah), Orar 5 veces al día (Salah), Pagar la caridad anual (Zakah), Ayunar durante el mes de Ramadán (Sawm), Realizar la perigrinación a la Meca (Hajj)

COMO HACER LA ABLUCIÓN (WUDU) Y LOS 5 REZOS AL DÍAS (SALTS)

Un pequeño resumen de como hacer la ablución (wudu) y los 5 salats [Por favor presione clic en la imagen para ver el vídeo]

Profeta Muhammad (La paz sea con Él) un verdadero ejemplo a seguir

Historia del Profeta Muhammad (la paz sea con Él) y su mensaje del Islam [Por favor de clic a la imagen para ver el vídeo]

viernes, 5 de diciembre de 2014

LAS VIRTUDES DE KHADIYAH BINT JUWAILID (radiallâhu ‘anha), LA ESPOSA DE RASULULLAH (saw).

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.


Queridos hermanos y respetadas hermanas,  hoy se  trata acerca de las virtudes de Jadiÿah Bint Juwailid (radiallâhu ‘anha), la esposa de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam):



Durante las semanas pasadas hemos recordado las virtudes de cuatro grandes sahabah, los Julafâ Ar-Rashidîn: Abû Bakr As-Siddîq, ‘Umar Ibn Al-Jattâb, ‘Uthmân Ibn ‘Affân y ‘Alî Ibn Abî Tâlib (radiallâhu Ta‘âlâ ‘anhum).

Hoy seguimos conociendo un poco más de los sahabah, pero esta semana corresponde hablar de una mujer. Hablamos del mejor buen ejemplo en el mundo de las mujeres. Hablamos sobre una persona veraz, el rio de rahmah, la fuente de la compasión, la fortaleza del imân, la constructora de naciones, la educadora de mujeres y hombres, la fortaleza muy firme y alta contra las inundaciones de la falsedad y la incredulidad. Ella es una alhaja valiosa, un diamante protegido, era pura en tiempo de la ignorancia, era la primera mujer que tuvo en su corazón la Unicidad en su Señor después de Su Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), ella es la primera mujer que rezo para Allâh detrás del Profeta de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Ella es la primera mujer que escucho el Qurân directamente de la bendita boca de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), fue la primera mujer en el mundo de las veraces, la primera mujer en recibir las buenas noticias del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) de su entrada en el Ÿannah. Ella es la primera mujer que recibió saludos de Allâh, la primera mujer que dio a luz a varios hijos de nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Ella fue la primera persona que apoyó y ayudó a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Fue la madre de los creyentes, la respetada esposa de Habîbullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Ella es Jadiyatul-Qubrah (radiallâhu Ta‘âlâ ‘anha).

Su nombre y linaje es: Jadiÿah Bint Juwailid Bin Asad Bin ‘Abdul ‘Uzza Bin Kusay Bin Kilâb Bin Murrah Bin Ka’b Bin Luay Bin Galib Al-Qurashiyah Al-Asadiyah. Ella era la mujer con el linaje más honrado entre todas las mujeres de Quraish, es Saiyidatun-Nisâi Quraish. Ella es la primera persona que tomó la shahadah con Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) entre todas las mujeres y hombres.



Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) fue una mujer muy adinerada y hacia negocios en Sham (Siria). Cuando ella conoció la honestidad y veracidad de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), lo contrató para que, junto con su sirviente Maisara, vendieran su mercadería en Sham. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) aceptó su oferta y empezó a hacer negocio para ella, Allâh multiplicó su ganancia y ella prosperó. Al ver las buenas y hermosas cualidades de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y como la gente lo llamaba As-Sadiq Al-Amin (el veraz y confiable), ella le ofreció matrimonio. Los tíos de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se pusieron de acuerdo y se organizó el matrimonio. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en aquel momento tenía 25 años y ella 40. Ella tuvo todos los hijos del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) menos Ibrahim, quien fue hijo de Mariah Qibtiyah. Los hijos de (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) con Jadiÿah eran: Qâsim y ‘Abdullâh, ellos murieron siendo muy pequeños; las niñas eran: Ruqayah, Zainab, Um Kulthum y Fatimah (radiallâhu ‘anhuma), todas ellas se hicieron musulmanas y emigraron junto con Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam).



En su honor el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) no contrajo matrimonio con nadie antes de ella ni con nadie mientras ella estaba viva. Ella murió en el mismo año que murió el tío de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) Abû Tâlib, a los 65 años, tres años antes de la Hiÿrah y por esta razón ese año se llamó el año de la tristeza.



Ella era una mujer íntegra y muy astuta, sabía cómo manejar todas las situaciones, de eso nosotros podemos aprender a través de la historia cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) recibió la primera revelación. Para ese entonces, se había convertido en una costumbre para el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) pasar cada año el mes de Ramadân en retiro y meditando en una cueva sobre la montaña de Hirâ, que está en las cercanías de Makkah. Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) siempre se aseguraba de que él tuviera suficiente comida y bebida durante su retiro. Así fue hasta que llegó el día cuando Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) regresó a casa temblando y con temor, diciendo: “¡Cúbreme! ¡Cúbreme!”; luego le relató a su esposa: “Mientras estaba en la cueva, el ángel Ÿibrîl vino a mí y dijo: ‘¡Lee!’ Respondí: ‘No sé leer’. Entonces me tomó y me abrazó fuertemente, luego me dejó ir y repitió la orden: ‘¡Lee!’ Dije: ‘No sé leer’, y una vez más me abrazó hasta que quedé exhausto, luego me soltó. Entonces ordenó una vez más: ‘¡Lee!’ Respondí: ‘¡No sé leer!’ Me abrazó por tercera vez y después de soltarme dijo: “¡Lee! [¡Oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas. Creó al hombre de un coágulo. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso” [Sûrah Al-‘Alaq (96), âyât 1 a 3]. Luego salí hasta la montaña, escuché un sonido viniendo del cielo que decía: ‘¡Oh, Muhammad! Tú eres el Mensajero de Allâh y yo soy Ÿibrîl’. Así que levanté mi cabeza para ver, y vi a Ÿibrîl extendiendo sus alas sobre el horizonte, diciendo: ‘¡Oh, Muhammad! Tú eres el Mensajero de Allâh y yo soy Ÿibrîl’. Entonces me detuve en mi lugar y no seguí adelante ni retrocedí hasta que él se fue. Y aquí estoy, ¡Oh, Um ‘Abdullâh!”.



Entonces Jadiÿah (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Abul-Qasim! Envié a algunos de mis mensajeros a buscarte y ellos miraron por todas partes y no te encontraron, entonces regresaron”. Luego ella sonrió y dijo: “Anímate, mi querido esposo, porque yo espero que tú seas el profeta de esta nación. Al-lah nunca te humillará porque tú eres bueno con tus parientes, eres veraz en tus palabras, ayudas a los necesitados, apoyas al débil, alimentas al invitado y respondes el llamado de quienes piden ayuda”.



Después de eso, ella fue con el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) a ver a su primo, Waraqah Bin Naufal Bin Asad Bin ‘Abdul-‘Uza, quien era cristiano en la era pre islámica y solía escribir partes de la Biblia en hebreo. Él era un anciano y se había vuelto ciego. Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) dijo: “¡Primo, escucha a tu sobrino!” Waraqah preguntó: “¡Oh, sobrino mío!, ¿qué has visto?” El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo lo que le había pasado. Waraqah respondió: “Este es el Namûs (el ángel que está a cargo de los mensajes divinos) que Allâh envió a Mûsa. Me gustaría ser más joven. Me gustaría vivir hasta el tiempo cuando tu gente se expulse”. Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) preguntó: “¿Me expulsarán?” Waraqah respondió afirmativamente, diciendo: “Todo aquel que ha venido con algo similar a lo que tú has traído, ha sido tratado con hostilidad, y si yo viviese hasta ese día, entonces te apoyaría fuertemente”.



Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) siempre estaba dispuesta a ayudar y dar su apoyo al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y la misión que Allâh le había encomendado, y siempre estaba a su lado soportando juntos las dificultades del establecimiento del Dîn. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue boicoteado en el valle de Abu Tâlib, ella no dudo en acompañarlo en aquel difícil momento. Soportó todas las dificultades y sufrimientos junto a su amado Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y prefirió tener una vida estrecha en vez de tener una vida de confortable. ¡Qué buena mujer era y que buena ayudante era! Que Allâh le recompense de parte de todos los musulmanes.



Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) la amaba muchísimo y siempre se acordaba de ella. Hablaba tanto de ella que una vez Âishah (radiallâhu ‘anha) dijo no tuve celo por ninguna mujer de las mujeres del Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), como tuve por Jadiÿah (radiallâhu ‘anha), a pesar de no haberla visto. Cuando el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) sacrificaba un animal siempre pasaba una porción a la familia o amigas de Jadiÿah (radiallâhu ‘anha).
Se narra que Âishah (radiallâhu ‘anha) dijo: Parece que no había ninguna mujer en el mundo, salvo Jadiÿah. Cuando las amigas de Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) venían a visitar al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) su bendita cara se iluminaba de alegría. Una narración de Bujâri y Muslim dice que Âishah (radiallâhu ‘anha) dijo “Una vez Hala, la hermana de Jadiÿah pidió permiso para entrar en la casa de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). De inmediato se recordó esta manera de pedir permiso porque como ella era la hermana de Jadiÿah, ambas tenían la misma manera de pedir permiso. De inmediato el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se puso muy contento y dijo:“¡Allâhumma Hala!… ¡Allâhumma Hala!”.



Transmitió Al Bujari, Muslim y otros que Abu Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró: “Descendió Ÿibrîl ('alaihis-salâm) y dijo: “¡Oh, Muhammad! Vendrá Jadiÿah trayendo un plato con un poco de pan, comida y bebida, cuando se presente dale el salâm de parte su Señor y mío”, esto fue una atención especial que no le fue concedida a nadie más.



En otra oportunidad se presentó Ÿibrîl ('alaihis-salâm) ante el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le dijo: “Anúnciale a Jadiÿah que recibirá una casa de caña en el Paraíso, donde no se escucharán banalidades ni se padecerán enfermedades jamás”. Allâh se complació de ella ¿Acaso otra mujer hubiera preparado para el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) el ambiente propicio para reflexionar, y sacrificado su persona y sus bienes en aras de un objetivo extraordinario? ¿Acaso otra mujer hubiera tenido la entereza y la fe de Jadiÿah (radiallâhu ‘anha), siendo ella rica y noble, de ceder con gusto todo lo que había logrado para ponerse a su lado y ayudarlo a soportar las peores persecuciones? Indudablemente que no, ella era la única a la que Allâh había agraciado para colmar de felicidad y perseverancia al hombre esperado con la profecía.



Bujâri y Muslim transmitieron que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) solía decir: “Las mejores mujeres son María bint ‘Imrân y Jadiÿah bint Juailid”. Cuando todo el mundo negaba aceptar a (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) ella o acepto cuando todos no querían creer en el mensaje de (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) ella le creyó.



Hermanos y hermanas, pidamos a Allâh que nos de la capacidad y entendimiento de aprender de estas enseñanzas y de los ejemplos de virtud de la Madre de los Creyentes, Jadiÿatul-Qubrah (radiallâhu ‘anha). Amin.
                      -------------------Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh--------------------------

miércoles, 3 de diciembre de 2014

LA SINCERIDAD Y VIRTUDES DE 'ALI IBN ABI TALIB (radiallahu ‘anhu)


En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Queridos hermanos y respetadas hermanas,  hoy trataremos acerca de la sinceridad y virtudes de ‘Alî Ibn Abi Tâlib (radiallâhu ‘anhu):
De acuerdo a nuestra serie de Jutbah acerca de los compañeros del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), los Sahabah (radiallâhu ‘anhum) y Julafâ Ar-Rashidîn (los Jalifa rectos y guiados), corresponde hoy conocer un poco de la vida de un gran imâm de entre los aimma, un gran faqih (jurista), un rabbani (hombre muy piadoso), un gran sabio, un gran qadi (juez), quien era humilde en su fortaleza y fuerte en su humildad, misericordioso en su justicia, pero además fuerte en su aplicación. Cuando hablamos de la valentía y el coraje hablamos de él, quien enseño al mundo la auténtica valentía, quien era un adîb un balîg y un sha‘ir, o sea un experto en literatura, quien hablaba con gran  elocuencia, un poeta. Era un alumno deBaitun-Nubuwa en el seno de la profecía, quien se educó y crio en la regazo de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Es elmiskul-jitâm (sello del almizcle) de entre los Julafâ Ar-Rashidîn. Él es Asadullâh (el león de Allâh). Para explicar su virtud un día fue obligado a decir: “Muhammad el Profeta, es mi hermano y mi suegro; Hamzah, líder de todos los mártires es mi tío; Ÿa’far, el que día y noche vuela con los malâikah es hijo de mi madre; la hija de Muhammad es mi esposa y los dos nietos de Ahmad son mis hijos con ella (Fâtimah). ¿Quién de vosotros puede tener una fortuna como la mía?”. Cuando hablamos de un zahid(desapegado del Dunia) hablamos d él. El imâm Ahmad (rahmatullâhi ‘alaihi) dijo que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) no se enorgullecía por su jilafa, sino la jilafa se enorgullecía de que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) sea el jalifa de la gente.
Estamos hablando de ‘Alî Ibn Abî Tâlib Bin ‘AbdulmutTâlib Bin Hashim Bin ‘Abdimanâf Bin Qusai Bin Kilâb Bin Murra Bin Ka’b Bin Luay Bin Galib Bin Fajr Bin Mâlik Bin Nadr Bin Kinana. Su kunia o apodo era ‘Abul-Hasan y ‘Abu Turâb. Su madre era Fâtimah Bint Asad Bin Hashim. También se hizo musulmana y emigró. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) fue uno de los diez albriciados con el Ÿannah.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) fue uno de los primeros que aceptaron el Islam. Él mismo solía decir: “Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue Profeta el día lunes y yo me hice musulmán el día martes”. Cuando se hizo musulmán tenía diez años. Se crió en la casa del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam); antes del Islam él comía junto con Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), salía con él, dormía con él, conversaba con él, lo acompañaba y salía secretamente con él y también rezaba con el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Una vez su padre Abû Tâlib, tío de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) los vio haciendo el salâh, le pregunto qué estaba haciendo, el joven ‘Alî dijo que estaban rezando. Abû Tâlib dijo a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Tu sabes que el Quraish me pidieron que hable contigo para que dejes de molestarlos e insultar su religión y sus dioses”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió diciendo: “¡Oh, tío mío, juro por Allâh! Si ellos me dan lo que sea para que yo detenga de propagar este Dîn, no lo haría”. Abû Tâlib dijo mientras ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) estaba junto a ellos: “Sigue en lo que estás haciendo”; después dijo a su hijo ‘Alî (radiallâhu ‘anhu): “¡Oh, ‘Alî ¿Qué estás haciendo?”. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que a pesar de ser un niño de diez era muy firme en su da’wah y su corazón era más fuerte que los corazones de los hombres de hoy, dijo: “Hoy yo estoy rezando con Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam)”. Su padre le dijo: “¡Oh, hijo mío! ¡Juro por Allâh! él no te invita sino solo al bien, pues mantente firme”.
Buraidah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Allâh me ordenó amar a cuatro personas y me informo que él también los ama. Son: ‘Alî, Abû Dhar, Miqdâd y Salmân (radiallâhu ‘anhum)”. En otro hadîth se narra que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “‘Alî me pertenece a mí y yo a él”. Dijo también el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Solamente un creyente me ama y solamente un hipócrita me odia”.
Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue a Tabûk, dejo a ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) en Madinah como responsable o como amîr, entonces ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! Me dejas atrás con las mujeres y los niños?”. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Acaso no te gustaría tener junto a mí el rango que tenía Harûn (‘alaihis-salam) con Mûsa (‘alaihis-salam)? Pues no habrá profeta después de mi”.
Cuando ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era aún muy joven, el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) lo envió a Yemen como Juez. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! ¿Me mandas allá cuando hay gente más virtuosa que yo y con más conocimiento?”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Ve! que Allâh abrirá tu pecho y guiará tu corazón”.
Eligió el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) quien de entre sus compañeros ocupara su lugar en su cama, como parte de un plan que trazara para burlar a los incrédulos de Quraish y así ganar algo de tiempo. Recayó este desafío en ‘Alî Ibn Abi Tâlib (radiallâhu ‘anhu), hombre valiente que amaba al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) con todo su corazón y que a su vez era amado por él. Sabía de la conspiración y el peligro al que sería expuesto quien durmiese en esa cama, pero la importancia de la misión de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), no se resumía a que durmiese en el lugar del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) sino que demostraba la total confianza depositada por el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en él. Además fue el encargado de devolver algunas pertenencias que habían sido confiadas al Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), por la gente de Makkah. Cumplió ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) la importante misión que le fue encomendada; y después de tres días emigró solo hacia Madinah. Arribó a Qubâ (lugar ubicado en las periferias de la ciudad, a poca distancia de la Mezquita de Madinah), y desde allí, tuvo oportunidad de acompañar al Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en su emigración hacia Madinah.
En cuanto a su valentía y fuerza se pueden narrar muchos episodios de la vida de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), pero sólo destacaremos algunos:
La Batalla de Badr fue la primera batalla del Islam y ocurrió en el segundo año de la Hiÿrah. Como era el hábito de los árabes, antes de la batalla se enfrentaban en un duelo hombre a hombre y después empezaba la batalla campal. En Badr salieron tres personas de los asociadores, eran ‘Utbah, Shaibah y el hijo de este, todos ellos eran grandes entre los líderes de los asociadores y causantes de la los mayores problemas del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Entonces salieron los tres gritando: “¡¿Hay alguien que nos pueda confrontar?!”, entonces salieron tres musulmanes de entre los Ansâr, les preguntaron: “¿Quiénes son ustedes?”, dijeron somos fulano y fulano de los Ansâr. Dijeron: “Devuélvanse. No los queremos a ustedes. Queremos gente de nuestra gente”, es decir de los emigrantes de Makkah. Entonces regresaron los Ansâr y Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Oh, Hamzah! Levántate; ¡Oh, ‘Alî! Levántate; ¡Oh, Ubaidah Bin Al-Harith! Levántate”, los tres se levantaron. Hamzah (radiallâhu ‘anhu) se dirigió hacia ‘Utbah, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) hacia Shaibah y Ubaidah (radiallâhu ‘anhu) hacia el hijo de Shaibah. Hamzah, conocido como Asadullâh (el León de Allâh), de un solo golpe de su espada líquido a su rival, lo mismo hizo ‘Alî, y Ubaidah quedó pelando con su rival y los dos compañeros llegaron para poyarlo y terminaron con el hijo de Shaibah. La gente hacían Takbîr, en ese momento Allâh revelo: “Éstos [los creyentes y los incrédulos] son dos grupos que disputan acerca de su Señor; pero sabed que los incrédulos serán cubiertos con prendas de alquitrán caliente en el Infierno y se verterá sobre sus cabezas agua hirviendo. Les abrasará sus vientres y su piel y serán atormentados allí con garfios de hierro”[Sûrah Al-Haÿÿ (22), âyât 20 y 21].
Tres años después ocurrió la Batalla del Jândaq (la trinchera). No fue una batalla propiamente tal, sino que intercambio flechas y proyectiles. Antes de empezar el enfrentamiento un hombre llamado Amr Bin ‘Abdiwud se adelantó, entre las filas de los incrédulos, quien había jurado que el aceita jamás tocaría su pelo hasta no tomar venganza de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Estaba lleno de odio y rencor y era uno de los fuertes y valientes de Quraish. Llego al campo de batalla totalmente armado con una armadura desde la cabeza hasta los pies. Salió gritando: “¡Quién ha de enfrentarme!”, además decía algunas poesías insultando a los sahabah (radiallâhu ‘anhum). ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), que era el más pequeños de todos dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! Yo lo enfrentaré”. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Oh, ‘Alî! Siéntate. Es ‘Amr Bin ‘Abdiwud”. El seguía diciendo: “¡Quién ha de enfrentarme!”. Por segunda vez ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) se levantó y el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le volvió a decir que se trataba de ‘Amr. A la tercera vez, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) ya no aguantaba más y dijo: “¡Que ‘Amr sea destruido. ‘Amr es ‘Amr. Yo estoy listo ¡Oh, Rasûlullâh!”. El Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Levántate ‘Alî!”. Como era el poder la fe en el corazón de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que superaba su valentía y fuerza. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) se dirigió para enfrente a su oponente mientras recitaba algunas poesías. Además de todas las cualidades de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era también poeta, de hecho existe un libro que se llama Diwân ‘Alî, lleno de poesías de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), este libro no solo contiene poesías sino que también es un libro rico en idioma árabe, elocuencia, consejos y conocimiento. Por lo tanto ‘Alî respondió a ‘Amr también con poesías. Cuando se acercó a él ‘Amr le pregunto quién era. Él dijo: “Soy ‘Alî”, preguntó “¿Cuál ‘Alî?”, dijo: ‘Ali Ibn Abû Tâlib”, ‘Amr le dijo: “¡Oh, hijo mío! Regrésate. Porque entre tus tíos hay gente mayor yo quiero a los grandes. No quiero matarte ‘Alî”. Entonces ‘Ali dijo: “Pero yo si quiero”. El hombre enfurecido sacó su espada y dio comienzo el combate. Los sahabah viendo todo esto con temor por ‘Alî (radiallâhu ‘anhu). ‘Amr golpeó el escudo de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que era pequeño y salto el polvo impidiendo ver lo que estaba pasando. De pronto uno de los sahabah supo que había pasado y dijo Allâhu Akbar tres veces. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) escucho los takbîrât de los sahabah también dijo Allâhu Akabr y supo que el apoyo de Allâh estaba con los creyentes.
Cuando todo se hubo calmado, se vio que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) estaba parado sobre el pecho del hombre y la sangre corría por su espada. Cuando ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) intentó sacar el escudo de ‘Amr, que era muy valioso, el aura del hombre quedo descubierta, entonces ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) no tomó nada dejándolo. Después los asociadores mandaron a una persona pidiendo el cuerpo de ‘Amr a cambio de diez mil Dirham. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Denle su cuerpo gratis, porque es un cadáver impuro”.
El día de Uhud fue una ocasión muy difícil para los musulmanes. Ellos fueron rodeados de dos lados por sus enemigos y muchos de ellos murieron. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue rodeado por sus enemigos y se corrió el rumor de que él había muerto. Muchos Sahâbah (radiallâhu ‘anhum) quedaron desconcertados al oír el rumor y quedaron confundidos en la batalla.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos rodeados por los enemigos y yo no podía ver a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Primero lo busqué entre los vivos y luego entre los muertos. Me dije a mí mismo entonces: “Es imposible que haya huido” Puede ser que Allâh esté enojado por nuestros pecados y que lo haya elevado a los cielos. No me queda otra posibilidad entonces que ir a enfrentar a los enemigos y luchar hasta que me maten”. Así que me lancé contra las líneas enemigas, abriéndome paso entre ellas con la espada hasta que volvía a ver a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), me sentí muy feliz y supe que Allâh lo había protegido con Sus ángeles. Me acerqué hasta él y me quedé a su lado. Mientras tanto, el ejército enemigo avanzaba para atacar a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Él me dijo “‘Alî ve y contrólalos”. Así que fui al ataque y los repelí sin ayuda de nadie y maté a algunos de ellos. Después vino otro grupo a atacar, de nuevo me llamó y dijo: “‘Alî ve y contrólalos”. Y nuevamente me enfrenté solo a ellos y los hice volver sobre sus pasos y los vencí”.
Fue en esta ocasión que Ÿibrîl (‘alaihis salâm) vino y elogió a ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) por su valor y su devoción a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), diciendo: “‘Alî me pertenece a mí y yo a él”. A lo que Ÿibrîl (‘alaihis salâm) respondió: “Yo les pertenezco a ambos”.
Veamos el valor que tuvo ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) al arrojarse sólo sobre los enemigos cuando él no encontraba a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Este hecho nos muestra también el gran amor y devoción que sentía hacia Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y también su elevada valentía.
En casi todas las batallas y expediciones la bandera la tomaba ‘Alî (radiallâhu ‘anhu). ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era uno de los miembros de la shurah que creó ‘Umar Ibn Al-Jattâb (radiallâhu ‘anhu). Su jilafa duro cuatro años nueve meses y fue asesinado el 17 de Ramadân del año 43 de la Hiÿrah. Lo asesinó ‘Abdur-Rahmân Ibnu Mulyam. Según Ibnu Haÿar (rahmatullâhi ‘alaihi) Ibnu Mulyam era entre los grandes Hawariÿ y la peor persona.
Perdió un día ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) su preciada armadura, luego la encontró en manos de un dhimmi (habitante de un país islámico, que no profesaba el Islam, pero se sometía a sus leyes) quien intentaba venderla en un mercado de Kufa. Al reconocerla dijo: “Esa es mi armadura, se cayó de mi caballo durante la noche”. Respondió el dhimmi: “Es mía, ¡Oh, Amirul-mu-minîn!” Dijo ‘Alî: “Es mi armadura, no la he vendido ni obsequiado a nadie, ¿cómo ha llegado a ti?”. Dijo el hombre: “Interpongamos al juez de Madinah para que juzgue entre nosotros”. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) aceptó y se dirigieron a Shuraih(radiallâhu ‘anhu), juez de Madinah, a quien ‘Alî dijo: “Encontré mi armadura en manos de este hombre. Ella se cayó en la noche, en tal lugar”. Interrogó el juez al dhimmi: “¿Y tú qué alegas?”. El hombre respondió: “La armadura está en mi poder, por lo tanto me pertenece”. Se dirigió el juez a ‘Alî diciendo: “No tengo duda alguna de que eres sincero, ¡Oh, Amirul-mu-minîn! Pero necesitas dos testigos que corroboren tu declaración”. Dijo ‘Alî: “Traeré a mi sirviente Qunbur y mi hijo Al-Hasan, quienes atestiguarán a mi favor”. Dijo el juez: “El testimonio del hijo en favor del padre no es válido, ¡Oh, Amirul-mu-minîn!”. Ante esto, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo al dhimmi: “Quédatela, pues no tengo otro testigo”. Este exclamó: “¡Yo doy testimonio que la armadura es tuya!” Y agregó: “¡Oh, Allâh! ¡El amir de los creyentes es juzgado por su juez y éste decreta en su contra. ¡Atestiguo que la religión que ordena tal justicia es la verdad! ¡Y atestiguo que no hay otra divinidad salvo Allâh y que Muhammad es su Siervo y Mensajero!”. Contestó ‘Alî: “Por haber abrazado el Islam te la regalo, y te obsequio además mi cabalgadura”.
El conocimiento de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) acerca del Qurân era muy profundo el sabia cuando descendía una âyah y sabia porque fue revelada, donde, acerca de quién y si descendió de noche o de día, en altura o en llanura.
           -----------Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh-------------

ANTISEMITISMO LA OTRA CARA DE LA MONEDA



Antisemitismo y otros demonios.


Bismillahi ar-rahman ar-rahim wa salatu wa salam rasulullahi salalahu alayhim wa salam. As salam u alaykum wa rahmatillahi wa barakatuh.
Quienes me conocen (la gran mayoría), han tomado mi decisión de abrazar el islam con: respeto, intriga, burla, horror, curiosidad, indiferencia, etc. Como dice mi papa: “De todo hay en la viña del Señor”. Como todo comienzo, no fue nada fácil, pero camino poco a poco. Y como era de esperarse, nunca faltaran criticas y opiniones, las cuales (sean buenas o malas) las recibo, tratando de explicar y dar mi punto de vista. Después de todo, las criticas y opiniones (cuando no tienen fundamento) son simplemente dudas sin aclarar.
Muestra de lo anterior dicho, fueron opiniones de una persona que quiero muchísimo (que Allah la bendiga siempre). Me contó que encontró un artículo en la web que la horrorizó, el cual relataba cosas feas del islam, al final, resaltó que nunca se había mostrado interesada en el islam, pero al yo practicarlo, le intereso el artículo, esperaba que no me ofenda y que como soy nueva en el islam, hay cosas que desconozco.
Reconozco que no me gusta utilizar un celular para escribir y defender mis puntos, pues no tengo dedos hábiles que me ayuden a escribir sin que la otra persona siga escribiendo sin antes detenerse a leer lo que escribo. En ese momento tenía tantas cosas en mente, pero mis dedos no ayudaron.
Pero como nunca es tarde para despejar dudas, compartiré a continuación aquel artículo que horrorizo a mi ser querido, respondiendo con argumentos sencillos (no adentrándome en el tema). Vale recalcar que responderé como un humano más, que está aprendiendo día a día del Islam, reconociendo que no soy perfecta y que no lo sé todo. Ok, empecemos.
  • El islamismo esta compuesto por mas de cien millones de musulmanes radicales y fanáticos que quieren subyugar al resto del mundo. Mi pregunta es: ¿De dónde fue obtenida la cifra de fanáticos y radicales? Otra cosa, estoy totalmente segura que no hay un hadiz o sura del Corán que ordene a los musulmanes a subyugar a las personas que no acepten el islam.
  • Occidente ha perdido ABSOLUTAMENTE TODAS las guerras contra el islamismo. ACLARO: Occidente jamás ha luchado contra el islamismo. Países de occidente (EEUU, por mencionar uno) han luchado en Estados Islámicos como Irak, a causa de petróleo, no a causa del Islam. Las guerras que fueron y que vendrán, serán a causa del poder, no a causa del Islam.
  • El Islamismo se esta expandiendo en el mundo a una velocidad impresionante y su impacto se puede sentir en cualquier ciudad del mundo sin previo aviso. Alhamdulillah por esto. Si el islamismo es sanguinario y cruel, ¿Por qué hay cada vez más personas (en especial, en occidente) que están abrazando al islam?
  • Israel es el único país en el mundo que, en la historia, ha demostrado que sabe como contener el avance islamista (experiencia literalmente ganada con sangre al defender su tierra milenaria por décadas) Solo un pedazo de tierra civilizada llamada Israel separa a los musulmanes de medio oriente de los cristianos de Europa. Las Naciones Unidas, después de años de constantes problemas, decidió, en 1947, la partición de Palestina en dos estados: uno árabe y uno judío. Ambos estados no estuvieron de acuerdo con esto y después de una “Guerra de Independencia”, fue declarado en Tel Aviv, es Estado de Israel. Como resultado de esta guerra, Israel ocupó el territorio que le había asignado las Naciones Unidas, más una buena parte del territorio asignado a los árabes y la parte occidental de Jerusalén (Israel aumentó su territorio en casi un 50%). Ok, mitad y mitad, salomónicamente, todos contentos. Si ahora nos detenemos a ver en un mapa, nos daremos cuenta que del Estado de Palestina no queda casi nada, ni siquiera la mitad otorgada por las Naciones Unidas, porque Israel se ha ido apoderando de ella a cuestas de bala y sangre. Avance Islámico? Pedazo de tierra civilizada?
  • ¿Por qué Occidente no apoya a Israel en su lucha contra los Islamistas de Hamas? Sencillo: porque es una guerra despreciable que beneficia a un bando que tiene injustamente la ventaja. Además, porque saben que hay un camino mejor para resolver sus conflictos. ¿Que harías si bombardean tu casa mientras duermes, o si te llaman a avisarte que dejes tu casa porque en breves minutos será bombardeada?
  • Gaza no necesita tener militares o grupos de guerra, pistolas de juguete, después de todo, ¿No fueron ellos quienes derribaron las Torres Gemelas en Estados Unidos? Debo confesar que después de leer esta frase, me di un facepalm épico. Ni siquiera me molestare en contestar. Quien escribió ese artículo, no tiene ni idea de los antecedentes del atentado del 11 de septiembre.
  • No es justo criticar una religión porque entre sus creyentes haya ladrones, narcotraficantes o malvados de cualquier tipo. Pero si se puede criticar a una religión cuando un grupo terrorista tiene como presentación el Islam. Cuanta doble moral, compañeritos. O sea que es justo criticar una religión cuando terroristas tienen como carta de presentación el islam. Bueno, si es asi, ¿Por qué no criticamos a los católicos en 2012 cuando miembros de la Iglesia de la Nueva Jerusalén en México incendio una escuela por considerar a la educación y a la tecnología cosa del diablo?¿Por que no criticamos a quienes dirigen la Iglesia Universal del Reino de Dios después de haber descubierto que se lucraban con las ofrendas que sus feligreses daban? Ah cierto, porque no son musulmanes, ¿verdad?
Yo respeto a todas las religiones por igual, más aun, respeto a quienes las conforman. Lo que no tolero ni respeto es que utilicen al islam para cometer atrocidades ya que, debido a esto, la gente piensa que todo musulmán es terrorista o machista, dando lugar a la discriminación, a la xenofobia y al antisemitismo. Si Dios quiere, algún día, la gente aprenderá a investigar a fondo algo antes de emitir algún juicio que fomente el odio, pero hasta que ese día llegue, los invito a llevar la fiesta en paz.
Elaborado por: Khadija Alvarado.