miércoles, 16 de abril de 2014

PROTEGER LA LENGUA CON EL RECUERDO DE ALLAH

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, trataremos en esta semana de cómo debemos proteger nuestra lengua y usarla bien con el recuerdo de Allâh:
Allâh dice en el Qurân: Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allâh. ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allâh con lo que se tranquilizan los corazones? [Sûrah Ar-Ra’d (13), âyah 28].

El Nombre de Allâh tiene bendiciones, sabor, dulzura, tranquilidad y paz interior que experimentará aquel que practique e invierta tiempo manteniéndose ocupado en el recuerdo de Allâh, el Dhikr.
En los tiempos que vivimos hay una ola de descontento generalizado por la que la gente sufre de preocupaciones y ansiedades, pero como musulmanes si nos acostumbramos e inculcamos en nuestras vidas el recuerdo de Allâh, estas preocupaciones desaparecerán. El principal objetivo del recuerdo de Allâh es inculcar en nuestras vidas la conciencia de Allâh. Si estudiamos el Qurân y los ahâdîth de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), encontraremos muchos versículos y dichos que nos animan a hacer Dhikr de Allâh. Incluso si no hubiese ningún versículo o hadîth relacionado con el Dhikr, deberíamos recordar a nuestro real Benefactor cuyas bendiciones y favores sobre nosotros son siempre ilimitadas y no tienen paralelo. Resulta  natural que recordemos a nuestro a Allâh y Le agradezcamos.

Algunos de los pasajes del Qurân que mencionan la virtud del recuerdo de Allâh, son: Así pues, recordadme que Yo os recordaré; y agradecedme y no seáis ingratos conmigo [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 152]; Y recuerda a tu Señor en ti mismo, humilde, con temor de Él y sin subir la voz, al comenzar y al terminar el día. Y no seas de los negligentes” [Sûrah Al-A’râf (7), âyah 205]; Y recordad mucho a Allâh para que podáis tener éxito [Sûrah Al-Ÿumu‘ah (62), âyah 10]; Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y a las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan y a los que recuerdan mucho a Allâh y a las que recuerdan; Allâh les ha preparado un perdón y una enorme recompensa”  [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 35]; ¡Vosotros que creéis! Recordad a Allâh invocándolo mucho. Y glorificadlo mañana y tarde” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyât 41 y 42].
Por su parte, de entre los ahâdîth, podemos citar que Abu Hurairah (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Vinieron unos pobres de los emigrantes al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le dijeron: “La gente rica se ha hecho con las posiciones más altas y un bienestar estable; rezan como lo hacemos nosotros; ayunan como nosotros; y gozan de favor en la riqueza. Hacen la peregrinación mayor y menor; hacen el ÿihâd y dan sâdaqah”. Dijo el profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Queréis que os enseñe algo con lo que daréis alcance a los que os preceden y también a los que vendrán después? Y nadie será mejor que vosotros, excepto quien haga lo mismo que vosotros”. Dijeron: “¡Claro que sí, Mensajero de Allâh!”. Dijo: “¡Diréis: Subhânallâh wal-hamdulillâh wallâhu akbar, después de cada oración treinta y tres veces!”. Regresaron los pobres emigrantes ante el Mensajero de Allâh y le dijeron: “Han oído nuestros hermanos ricos lo que hemos hecho y ellos han hecho lo mismo. Y no les hemos adelantado”. Dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Así es el favor de Allâh, que se lo da a quien quiere!”.
Sa’d Ibn Abî Waqqâs (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos con el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y dijo: “¿Acaso alguno de vosotros, sería capaz de conseguir cada día mil hasanât?”. Le preguntó uno de los allí reunidos: “¿Cómo conseguiría mil hasanât?” Dijo: “¡Diciendo: Subhânallâh, cien veces se le apuntarían mil hasanât, o se le borrarían mil malas acciones!”.

Ÿuwairiyah Bint Al Hârith (radiallâhu ‘anha) dijo: “Salió el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) una mañana, después de haber estado con ella y una vez que hubo rezado la oración del alba. Permaneció ella en el lugar de oración de la casa diciendo:Subhânallâh, y cuando regresó el Profeta después de media mañana, la encontró sentada en el mismo sitio y le dijo: “¿Todavía estás en la misma posición en la que te dejé?” Ella dijo: “¡Sí!” Y dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Después de salir de aquí, repetí tres veces cuatro frases, que si se pesaran en todo el tiempo que has estado diciendo Subhânallâh habría sido mejor todavía si las hubieras dicho; estas palabras son: Subhânallâhi wa bihâmdihi ‘adada jalqihi (Glorificado y alabado sea Allâh por el número de Sus criaturas) Wa rida nafsihi (y Su elevada Esencia) Wa zinata ‘arshihi (y Su hermoso Trono) Wa midâda kalimâtihi (y Su abundante Palabra)”.

Abû Mûsa Al Ash‘ari (radiallâhu ‘anhu) dijo que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El ejemplo del que recuerda a su Señor y del que no lo recuerda, es como el ejemplo del vivo y el muerto”. En otra versión, se narra que el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El ejemplo de la casa en la que se recuerda a Allâh y la casa en la que no se recuerda a Allâh, es como el ejemplo del vivo y el muerto”.
Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Dirá Allâh, El Altísimo: “¡Yo estoy con Mi siervo cuando él piensa en Mi. Yo estoy con él cuando Me recuerda; si Me recuerda secretamente, lo recuerdo Yo en secreto; si Me recuerda  en grupo, lo recuerdo Yo en un grupo mejor que ellos (los ángeles)!”. Narró también que dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Los Mufarridûn aventajan a los demás!” Preguntaron: “¿Y cuáles son los Mufarridûn, Oh Mensajero de Allâh?” Dijo: “¡Los que recuerdan mucho a Allâh, hombres y mujeres!”.

Abû Dardâ (radiallâhu ‘anhu) relató que dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Os informo de vuestra mejor acción, de la que os haría crecer ante vuestro Rey y subiría vuestra categoría más aún, que sería mejor para vosotros que el gasto de oro y plata. Y mejor para vosotros que encontraros con el enemigo, combatirlos y que os combatan?” Dijeron: “¡Claro que sí!” Dijo: “¡El recuerdo de Allâh, el Altísimo!”.
Abû Mûsa (radiallâhu ‘anhu) narró que dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Quieres que te guíe a un tesoro de entre los tesoros del Jardín?” Dije: “¡Claro que sí, Mensajero de Allâh!” Dijo: La haula wa la quwata illa billâh (¡No hay poder ni fuerza, excepto por  Allâh!)”.

Mu‘ad Ibn Ÿâbal (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Los habitantes del paraíso, después de que hayan llegado a sus lugares, no se reprocharan nada excepto el tiempo que gastaron sin el recuerdo de Allâh (en este mundo)”. Después de que la gente entre en el Paraíso, cuando vean la recompensa tan grande como montañas, por recordar a Allâh solo una vez, lamentarán extremadamente su pérdida causada por el tiempo que pasó sin hacer Dhikr.

Por último, los siguientes son algunos de los beneficios del Dhikr, los cuales han sido registrados por Ibn Qaiyim (rahmatullâhi ‘alaihi): 
1) El Dhikr mantiene alejado a Shaitân y debilita su fuerza;
2) Es la causa de la complacencia de Allâh;
3) Relaja la mente de ansiedades y preocupaciones; 
4) Produce felicidad y alegría en el corazón; 
5) Fortalece el cuerpo y la mente; 
6) Ilumina el rostro y el corazón; 
7) Facilita al sustento; 
8) Induce amor por Allâh, el cual es el espíritu del Islam y el fundamento del Dîn y la fuente de éxito y salvación en la próxima vida; 
9) Es la llave para la complacencia de Allâh; 
10)  Nos hace reconocer la grandeza y la majestuosidad de Allâh, y fortalece la conciencia de su omnipresencia; 
11) Causa que uno sea mencionado en la corte de Allâh; 
12) Da vida al corazón; 
13) Es alimento para el corazón  y el alma; 
14) Limpia el corazón de su impureza; 
15) Causa que la paz y misericordia de Allâh desciendan; 
16) Salva de la desesperación en el día del Qiyamah.

Quiera Allâh darnos el Taufîq para mantenernos constantemente en Su bendito recuerdo. Amîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh

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