En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Queridos hermanos y respetadas hermanas, hoy trataremos acerca de la sinceridad y virtudes de ‘Alî Ibn Abi Tâlib (radiallâhu ‘anhu):
De acuerdo a nuestra serie de Jutbah acerca de los compañeros del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), los Sahabah (radiallâhu ‘anhum) y Julafâ Ar-Rashidîn (los Jalifa rectos y guiados), corresponde hoy conocer un poco de la vida de un gran imâm de entre los aimma, un gran faqih (jurista), un rabbani (hombre muy piadoso), un gran sabio, un gran qadi (juez), quien era humilde en su fortaleza y fuerte en su humildad, misericordioso en su justicia, pero además fuerte en su aplicación. Cuando hablamos de la valentía y el coraje hablamos de él, quien enseño al mundo la auténtica valentía, quien era un adîb un balîg y un sha‘ir, o sea un experto en literatura, quien hablaba con gran elocuencia, un poeta. Era un alumno deBaitun-Nubuwa en el seno de la profecía, quien se educó y crio en la regazo de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Es elmiskul-jitâm (sello del almizcle) de entre los Julafâ Ar-Rashidîn. Él es Asadullâh (el león de Allâh). Para explicar su virtud un día fue obligado a decir: “Muhammad el Profeta, es mi hermano y mi suegro; Hamzah, líder de todos los mártires es mi tío; Ÿa’far, el que día y noche vuela con los malâikah es hijo de mi madre; la hija de Muhammad es mi esposa y los dos nietos de Ahmad son mis hijos con ella (Fâtimah). ¿Quién de vosotros puede tener una fortuna como la mía?”. Cuando hablamos de un zahid(desapegado del Dunia) hablamos d él. El imâm Ahmad (rahmatullâhi ‘alaihi) dijo que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) no se enorgullecía por su jilafa, sino la jilafa se enorgullecía de que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) sea el jalifa de la gente.
Estamos hablando de ‘Alî Ibn Abî Tâlib Bin ‘AbdulmutTâlib Bin Hashim Bin ‘Abdimanâf Bin Qusai Bin Kilâb Bin Murra Bin Ka’b Bin Luay Bin Galib Bin Fajr Bin Mâlik Bin Nadr Bin Kinana. Su kunia o apodo era ‘Abul-Hasan y ‘Abu Turâb. Su madre era Fâtimah Bint Asad Bin Hashim. También se hizo musulmana y emigró. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) fue uno de los diez albriciados con el Ÿannah.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) fue uno de los primeros que aceptaron el Islam. Él mismo solía decir: “Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue Profeta el día lunes y yo me hice musulmán el día martes”. Cuando se hizo musulmán tenía diez años. Se crió en la casa del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam); antes del Islam él comía junto con Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), salía con él, dormía con él, conversaba con él, lo acompañaba y salía secretamente con él y también rezaba con el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Una vez su padre Abû Tâlib, tío de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) los vio haciendo el salâh, le pregunto qué estaba haciendo, el joven ‘Alî dijo que estaban rezando. Abû Tâlib dijo a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Tu sabes que el Quraish me pidieron que hable contigo para que dejes de molestarlos e insultar su religión y sus dioses”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió diciendo: “¡Oh, tío mío, juro por Allâh! Si ellos me dan lo que sea para que yo detenga de propagar este Dîn, no lo haría”. Abû Tâlib dijo mientras ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) estaba junto a ellos: “Sigue en lo que estás haciendo”; después dijo a su hijo ‘Alî (radiallâhu ‘anhu): “¡Oh, ‘Alî ¿Qué estás haciendo?”. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que a pesar de ser un niño de diez era muy firme en su da’wah y su corazón era más fuerte que los corazones de los hombres de hoy, dijo: “Hoy yo estoy rezando con Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam)”. Su padre le dijo: “¡Oh, hijo mío! ¡Juro por Allâh! él no te invita sino solo al bien, pues mantente firme”.
Buraidah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Allâh me ordenó amar a cuatro personas y me informo que él también los ama. Son: ‘Alî, Abû Dhar, Miqdâd y Salmân (radiallâhu ‘anhum)”. En otro hadîth se narra que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “‘Alî me pertenece a mí y yo a él”. Dijo también el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Solamente un creyente me ama y solamente un hipócrita me odia”.
Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue a Tabûk, dejo a ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) en Madinah como responsable o como amîr, entonces ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! Me dejas atrás con las mujeres y los niños?”. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Acaso no te gustaría tener junto a mí el rango que tenía Harûn (‘alaihis-salam) con Mûsa (‘alaihis-salam)? Pues no habrá profeta después de mi”.
Cuando ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era aún muy joven, el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) lo envió a Yemen como Juez. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! ¿Me mandas allá cuando hay gente más virtuosa que yo y con más conocimiento?”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Ve! que Allâh abrirá tu pecho y guiará tu corazón”.
Eligió el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) quien de entre sus compañeros ocupara su lugar en su cama, como parte de un plan que trazara para burlar a los incrédulos de Quraish y así ganar algo de tiempo. Recayó este desafío en ‘Alî Ibn Abi Tâlib (radiallâhu ‘anhu), hombre valiente que amaba al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) con todo su corazón y que a su vez era amado por él. Sabía de la conspiración y el peligro al que sería expuesto quien durmiese en esa cama, pero la importancia de la misión de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), no se resumía a que durmiese en el lugar del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) sino que demostraba la total confianza depositada por el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en él. Además fue el encargado de devolver algunas pertenencias que habían sido confiadas al Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), por la gente de Makkah. Cumplió ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) la importante misión que le fue encomendada; y después de tres días emigró solo hacia Madinah. Arribó a Qubâ (lugar ubicado en las periferias de la ciudad, a poca distancia de la Mezquita de Madinah), y desde allí, tuvo oportunidad de acompañar al Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en su emigración hacia Madinah.
En cuanto a su valentía y fuerza se pueden narrar muchos episodios de la vida de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), pero sólo destacaremos algunos:
La Batalla de Badr fue la primera batalla del Islam y ocurrió en el segundo año de la Hiÿrah. Como era el hábito de los árabes, antes de la batalla se enfrentaban en un duelo hombre a hombre y después empezaba la batalla campal. En Badr salieron tres personas de los asociadores, eran ‘Utbah, Shaibah y el hijo de este, todos ellos eran grandes entre los líderes de los asociadores y causantes de la los mayores problemas del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Entonces salieron los tres gritando: “¡¿Hay alguien que nos pueda confrontar?!”, entonces salieron tres musulmanes de entre los Ansâr, les preguntaron: “¿Quiénes son ustedes?”, dijeron somos fulano y fulano de los Ansâr. Dijeron: “Devuélvanse. No los queremos a ustedes. Queremos gente de nuestra gente”, es decir de los emigrantes de Makkah. Entonces regresaron los Ansâr y Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Oh, Hamzah! Levántate; ¡Oh, ‘Alî! Levántate; ¡Oh, Ubaidah Bin Al-Harith! Levántate”, los tres se levantaron. Hamzah (radiallâhu ‘anhu) se dirigió hacia ‘Utbah, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) hacia Shaibah y Ubaidah (radiallâhu ‘anhu) hacia el hijo de Shaibah. Hamzah, conocido como Asadullâh (el León de Allâh), de un solo golpe de su espada líquido a su rival, lo mismo hizo ‘Alî, y Ubaidah quedó pelando con su rival y los dos compañeros llegaron para poyarlo y terminaron con el hijo de Shaibah. La gente hacían Takbîr, en ese momento Allâh revelo: “Éstos [los creyentes y los incrédulos] son dos grupos que disputan acerca de su Señor; pero sabed que los incrédulos serán cubiertos con prendas de alquitrán caliente en el Infierno y se verterá sobre sus cabezas agua hirviendo. Les abrasará sus vientres y su piel y serán atormentados allí con garfios de hierro”[Sûrah Al-Haÿÿ (22), âyât 20 y 21].
Tres años después ocurrió la Batalla del Jândaq (la trinchera). No fue una batalla propiamente tal, sino que intercambio flechas y proyectiles. Antes de empezar el enfrentamiento un hombre llamado Amr Bin ‘Abdiwud se adelantó, entre las filas de los incrédulos, quien había jurado que el aceita jamás tocaría su pelo hasta no tomar venganza de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Estaba lleno de odio y rencor y era uno de los fuertes y valientes de Quraish. Llego al campo de batalla totalmente armado con una armadura desde la cabeza hasta los pies. Salió gritando: “¡Quién ha de enfrentarme!”, además decía algunas poesías insultando a los sahabah (radiallâhu ‘anhum). ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), que era el más pequeños de todos dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! Yo lo enfrentaré”. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Oh, ‘Alî! Siéntate. Es ‘Amr Bin ‘Abdiwud”. El seguía diciendo: “¡Quién ha de enfrentarme!”. Por segunda vez ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) se levantó y el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le volvió a decir que se trataba de ‘Amr. A la tercera vez, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) ya no aguantaba más y dijo: “¡Que ‘Amr sea destruido. ‘Amr es ‘Amr. Yo estoy listo ¡Oh, Rasûlullâh!”. El Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Levántate ‘Alî!”. Como era el poder la fe en el corazón de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que superaba su valentía y fuerza. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) se dirigió para enfrente a su oponente mientras recitaba algunas poesías. Además de todas las cualidades de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era también poeta, de hecho existe un libro que se llama Diwân ‘Alî, lleno de poesías de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), este libro no solo contiene poesías sino que también es un libro rico en idioma árabe, elocuencia, consejos y conocimiento. Por lo tanto ‘Alî respondió a ‘Amr también con poesías. Cuando se acercó a él ‘Amr le pregunto quién era. Él dijo: “Soy ‘Alî”, preguntó “¿Cuál ‘Alî?”, dijo: ‘Ali Ibn Abû Tâlib”, ‘Amr le dijo: “¡Oh, hijo mío! Regrésate. Porque entre tus tíos hay gente mayor yo quiero a los grandes. No quiero matarte ‘Alî”. Entonces ‘Ali dijo: “Pero yo si quiero”. El hombre enfurecido sacó su espada y dio comienzo el combate. Los sahabah viendo todo esto con temor por ‘Alî (radiallâhu ‘anhu). ‘Amr golpeó el escudo de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que era pequeño y salto el polvo impidiendo ver lo que estaba pasando. De pronto uno de los sahabah supo que había pasado y dijo Allâhu Akbar tres veces. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) escucho los takbîrât de los sahabah también dijo Allâhu Akabr y supo que el apoyo de Allâh estaba con los creyentes.
Cuando todo se hubo calmado, se vio que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) estaba parado sobre el pecho del hombre y la sangre corría por su espada. Cuando ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) intentó sacar el escudo de ‘Amr, que era muy valioso, el aura del hombre quedo descubierta, entonces ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) no tomó nada dejándolo. Después los asociadores mandaron a una persona pidiendo el cuerpo de ‘Amr a cambio de diez mil Dirham. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Denle su cuerpo gratis, porque es un cadáver impuro”.
El día de Uhud fue una ocasión muy difícil para los musulmanes. Ellos fueron rodeados de dos lados por sus enemigos y muchos de ellos murieron. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue rodeado por sus enemigos y se corrió el rumor de que él había muerto. Muchos Sahâbah (radiallâhu ‘anhum) quedaron desconcertados al oír el rumor y quedaron confundidos en la batalla.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos rodeados por los enemigos y yo no podía ver a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Primero lo busqué entre los vivos y luego entre los muertos. Me dije a mí mismo entonces: “Es imposible que haya huido” Puede ser que Allâh esté enojado por nuestros pecados y que lo haya elevado a los cielos. No me queda otra posibilidad entonces que ir a enfrentar a los enemigos y luchar hasta que me maten”. Así que me lancé contra las líneas enemigas, abriéndome paso entre ellas con la espada hasta que volvía a ver a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), me sentí muy feliz y supe que Allâh lo había protegido con Sus ángeles. Me acerqué hasta él y me quedé a su lado. Mientras tanto, el ejército enemigo avanzaba para atacar a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Él me dijo “‘Alî ve y contrólalos”. Así que fui al ataque y los repelí sin ayuda de nadie y maté a algunos de ellos. Después vino otro grupo a atacar, de nuevo me llamó y dijo: “‘Alî ve y contrólalos”. Y nuevamente me enfrenté solo a ellos y los hice volver sobre sus pasos y los vencí”.
Fue en esta ocasión que Ÿibrîl (‘alaihis salâm) vino y elogió a ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) por su valor y su devoción a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), diciendo: “‘Alî me pertenece a mí y yo a él”. A lo que Ÿibrîl (‘alaihis salâm) respondió: “Yo les pertenezco a ambos”.
Veamos el valor que tuvo ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) al arrojarse sólo sobre los enemigos cuando él no encontraba a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Este hecho nos muestra también el gran amor y devoción que sentía hacia Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y también su elevada valentía.
En casi todas las batallas y expediciones la bandera la tomaba ‘Alî (radiallâhu ‘anhu). ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era uno de los miembros de la shurah que creó ‘Umar Ibn Al-Jattâb (radiallâhu ‘anhu). Su jilafa duro cuatro años nueve meses y fue asesinado el 17 de Ramadân del año 43 de la Hiÿrah. Lo asesinó ‘Abdur-Rahmân Ibnu Mulyam. Según Ibnu Haÿar (rahmatullâhi ‘alaihi) Ibnu Mulyam era entre los grandes Hawariÿ y la peor persona.
Perdió un día ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) su preciada armadura, luego la encontró en manos de un dhimmi (habitante de un país islámico, que no profesaba el Islam, pero se sometía a sus leyes) quien intentaba venderla en un mercado de Kufa. Al reconocerla dijo: “Esa es mi armadura, se cayó de mi caballo durante la noche”. Respondió el dhimmi: “Es mía, ¡Oh, Amirul-mu-minîn!” Dijo ‘Alî: “Es mi armadura, no la he vendido ni obsequiado a nadie, ¿cómo ha llegado a ti?”. Dijo el hombre: “Interpongamos al juez de Madinah para que juzgue entre nosotros”. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) aceptó y se dirigieron a Shuraih(radiallâhu ‘anhu), juez de Madinah, a quien ‘Alî dijo: “Encontré mi armadura en manos de este hombre. Ella se cayó en la noche, en tal lugar”. Interrogó el juez al dhimmi: “¿Y tú qué alegas?”. El hombre respondió: “La armadura está en mi poder, por lo tanto me pertenece”. Se dirigió el juez a ‘Alî diciendo: “No tengo duda alguna de que eres sincero, ¡Oh, Amirul-mu-minîn! Pero necesitas dos testigos que corroboren tu declaración”. Dijo ‘Alî: “Traeré a mi sirviente Qunbur y mi hijo Al-Hasan, quienes atestiguarán a mi favor”. Dijo el juez: “El testimonio del hijo en favor del padre no es válido, ¡Oh, Amirul-mu-minîn!”. Ante esto, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo al dhimmi: “Quédatela, pues no tengo otro testigo”. Este exclamó: “¡Yo doy testimonio que la armadura es tuya!” Y agregó: “¡Oh, Allâh! ¡El amir de los creyentes es juzgado por su juez y éste decreta en su contra. ¡Atestiguo que la religión que ordena tal justicia es la verdad! ¡Y atestiguo que no hay otra divinidad salvo Allâh y que Muhammad es su Siervo y Mensajero!”. Contestó ‘Alî: “Por haber abrazado el Islam te la regalo, y te obsequio además mi cabalgadura”.
El conocimiento de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) acerca del Qurân era muy profundo el sabia cuando descendía una âyah y sabia porque fue revelada, donde, acerca de quién y si descendió de noche o de día, en altura o en llanura.
-----------Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh-------------
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