Meca - Kaaba

La peregrinación hasta La Meca y la Kaaba, o Hajj, es uno de los cinco pilares del islam.

MADINA

Primera Masjid (Mezquita) del mundo es la Mezquita del Profeta Muhammad (La paz sea con Él)

LOS CINCO PILARES DEL ISLAM

La Declaración de Fé (Shahadah), Orar 5 veces al día (Salah), Pagar la caridad anual (Zakah), Ayunar durante el mes de Ramadán (Sawm), Realizar la perigrinación a la Meca (Hajj)

COMO HACER LA ABLUCIÓN (WUDU) Y LOS 5 REZOS AL DÍAS (SALTS)

Un pequeño resumen de como hacer la ablución (wudu) y los 5 salats [Por favor presione clic en la imagen para ver el vídeo]

Profeta Muhammad (La paz sea con Él) un verdadero ejemplo a seguir

Historia del Profeta Muhammad (la paz sea con Él) y su mensaje del Islam [Por favor de clic a la imagen para ver el vídeo]

viernes, 5 de diciembre de 2014

LAS VIRTUDES DE KHADIYAH BINT JUWAILID (radiallâhu ‘anha), LA ESPOSA DE RASULULLAH (saw).

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.


Queridos hermanos y respetadas hermanas,  hoy se  trata acerca de las virtudes de Jadiÿah Bint Juwailid (radiallâhu ‘anha), la esposa de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam):



Durante las semanas pasadas hemos recordado las virtudes de cuatro grandes sahabah, los Julafâ Ar-Rashidîn: Abû Bakr As-Siddîq, ‘Umar Ibn Al-Jattâb, ‘Uthmân Ibn ‘Affân y ‘Alî Ibn Abî Tâlib (radiallâhu Ta‘âlâ ‘anhum).

Hoy seguimos conociendo un poco más de los sahabah, pero esta semana corresponde hablar de una mujer. Hablamos del mejor buen ejemplo en el mundo de las mujeres. Hablamos sobre una persona veraz, el rio de rahmah, la fuente de la compasión, la fortaleza del imân, la constructora de naciones, la educadora de mujeres y hombres, la fortaleza muy firme y alta contra las inundaciones de la falsedad y la incredulidad. Ella es una alhaja valiosa, un diamante protegido, era pura en tiempo de la ignorancia, era la primera mujer que tuvo en su corazón la Unicidad en su Señor después de Su Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), ella es la primera mujer que rezo para Allâh detrás del Profeta de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Ella es la primera mujer que escucho el Qurân directamente de la bendita boca de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), fue la primera mujer en el mundo de las veraces, la primera mujer en recibir las buenas noticias del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) de su entrada en el Ÿannah. Ella es la primera mujer que recibió saludos de Allâh, la primera mujer que dio a luz a varios hijos de nuestro querido Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Ella fue la primera persona que apoyó y ayudó a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Fue la madre de los creyentes, la respetada esposa de Habîbullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Ella es Jadiyatul-Qubrah (radiallâhu Ta‘âlâ ‘anha).

Su nombre y linaje es: Jadiÿah Bint Juwailid Bin Asad Bin ‘Abdul ‘Uzza Bin Kusay Bin Kilâb Bin Murrah Bin Ka’b Bin Luay Bin Galib Al-Qurashiyah Al-Asadiyah. Ella era la mujer con el linaje más honrado entre todas las mujeres de Quraish, es Saiyidatun-Nisâi Quraish. Ella es la primera persona que tomó la shahadah con Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) entre todas las mujeres y hombres.



Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) fue una mujer muy adinerada y hacia negocios en Sham (Siria). Cuando ella conoció la honestidad y veracidad de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), lo contrató para que, junto con su sirviente Maisara, vendieran su mercadería en Sham. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) aceptó su oferta y empezó a hacer negocio para ella, Allâh multiplicó su ganancia y ella prosperó. Al ver las buenas y hermosas cualidades de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y como la gente lo llamaba As-Sadiq Al-Amin (el veraz y confiable), ella le ofreció matrimonio. Los tíos de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se pusieron de acuerdo y se organizó el matrimonio. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en aquel momento tenía 25 años y ella 40. Ella tuvo todos los hijos del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) menos Ibrahim, quien fue hijo de Mariah Qibtiyah. Los hijos de (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) con Jadiÿah eran: Qâsim y ‘Abdullâh, ellos murieron siendo muy pequeños; las niñas eran: Ruqayah, Zainab, Um Kulthum y Fatimah (radiallâhu ‘anhuma), todas ellas se hicieron musulmanas y emigraron junto con Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam).



En su honor el Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) no contrajo matrimonio con nadie antes de ella ni con nadie mientras ella estaba viva. Ella murió en el mismo año que murió el tío de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) Abû Tâlib, a los 65 años, tres años antes de la Hiÿrah y por esta razón ese año se llamó el año de la tristeza.



Ella era una mujer íntegra y muy astuta, sabía cómo manejar todas las situaciones, de eso nosotros podemos aprender a través de la historia cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) recibió la primera revelación. Para ese entonces, se había convertido en una costumbre para el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) pasar cada año el mes de Ramadân en retiro y meditando en una cueva sobre la montaña de Hirâ, que está en las cercanías de Makkah. Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) siempre se aseguraba de que él tuviera suficiente comida y bebida durante su retiro. Así fue hasta que llegó el día cuando Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) regresó a casa temblando y con temor, diciendo: “¡Cúbreme! ¡Cúbreme!”; luego le relató a su esposa: “Mientras estaba en la cueva, el ángel Ÿibrîl vino a mí y dijo: ‘¡Lee!’ Respondí: ‘No sé leer’. Entonces me tomó y me abrazó fuertemente, luego me dejó ir y repitió la orden: ‘¡Lee!’ Dije: ‘No sé leer’, y una vez más me abrazó hasta que quedé exhausto, luego me soltó. Entonces ordenó una vez más: ‘¡Lee!’ Respondí: ‘¡No sé leer!’ Me abrazó por tercera vez y después de soltarme dijo: “¡Lee! [¡Oh, Muhammad!] En el nombre de tu Señor, Quien creó todas las cosas. Creó al hombre de un coágulo. ¡Lee! Que tu Señor es el más Generoso” [Sûrah Al-‘Alaq (96), âyât 1 a 3]. Luego salí hasta la montaña, escuché un sonido viniendo del cielo que decía: ‘¡Oh, Muhammad! Tú eres el Mensajero de Allâh y yo soy Ÿibrîl’. Así que levanté mi cabeza para ver, y vi a Ÿibrîl extendiendo sus alas sobre el horizonte, diciendo: ‘¡Oh, Muhammad! Tú eres el Mensajero de Allâh y yo soy Ÿibrîl’. Entonces me detuve en mi lugar y no seguí adelante ni retrocedí hasta que él se fue. Y aquí estoy, ¡Oh, Um ‘Abdullâh!”.



Entonces Jadiÿah (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Abul-Qasim! Envié a algunos de mis mensajeros a buscarte y ellos miraron por todas partes y no te encontraron, entonces regresaron”. Luego ella sonrió y dijo: “Anímate, mi querido esposo, porque yo espero que tú seas el profeta de esta nación. Al-lah nunca te humillará porque tú eres bueno con tus parientes, eres veraz en tus palabras, ayudas a los necesitados, apoyas al débil, alimentas al invitado y respondes el llamado de quienes piden ayuda”.



Después de eso, ella fue con el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) a ver a su primo, Waraqah Bin Naufal Bin Asad Bin ‘Abdul-‘Uza, quien era cristiano en la era pre islámica y solía escribir partes de la Biblia en hebreo. Él era un anciano y se había vuelto ciego. Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) dijo: “¡Primo, escucha a tu sobrino!” Waraqah preguntó: “¡Oh, sobrino mío!, ¿qué has visto?” El Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le dijo lo que le había pasado. Waraqah respondió: “Este es el Namûs (el ángel que está a cargo de los mensajes divinos) que Allâh envió a Mûsa. Me gustaría ser más joven. Me gustaría vivir hasta el tiempo cuando tu gente se expulse”. Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) preguntó: “¿Me expulsarán?” Waraqah respondió afirmativamente, diciendo: “Todo aquel que ha venido con algo similar a lo que tú has traído, ha sido tratado con hostilidad, y si yo viviese hasta ese día, entonces te apoyaría fuertemente”.



Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) siempre estaba dispuesta a ayudar y dar su apoyo al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y la misión que Allâh le había encomendado, y siempre estaba a su lado soportando juntos las dificultades del establecimiento del Dîn. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue boicoteado en el valle de Abu Tâlib, ella no dudo en acompañarlo en aquel difícil momento. Soportó todas las dificultades y sufrimientos junto a su amado Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y prefirió tener una vida estrecha en vez de tener una vida de confortable. ¡Qué buena mujer era y que buena ayudante era! Que Allâh le recompense de parte de todos los musulmanes.



Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) la amaba muchísimo y siempre se acordaba de ella. Hablaba tanto de ella que una vez Âishah (radiallâhu ‘anha) dijo no tuve celo por ninguna mujer de las mujeres del Nabî (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), como tuve por Jadiÿah (radiallâhu ‘anha), a pesar de no haberla visto. Cuando el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) sacrificaba un animal siempre pasaba una porción a la familia o amigas de Jadiÿah (radiallâhu ‘anha).
Se narra que Âishah (radiallâhu ‘anha) dijo: Parece que no había ninguna mujer en el mundo, salvo Jadiÿah. Cuando las amigas de Jadiÿah (radiallâhu ‘anha) venían a visitar al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) su bendita cara se iluminaba de alegría. Una narración de Bujâri y Muslim dice que Âishah (radiallâhu ‘anha) dijo “Una vez Hala, la hermana de Jadiÿah pidió permiso para entrar en la casa de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). De inmediato se recordó esta manera de pedir permiso porque como ella era la hermana de Jadiÿah, ambas tenían la misma manera de pedir permiso. De inmediato el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) se puso muy contento y dijo:“¡Allâhumma Hala!… ¡Allâhumma Hala!”.



Transmitió Al Bujari, Muslim y otros que Abu Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró: “Descendió Ÿibrîl ('alaihis-salâm) y dijo: “¡Oh, Muhammad! Vendrá Jadiÿah trayendo un plato con un poco de pan, comida y bebida, cuando se presente dale el salâm de parte su Señor y mío”, esto fue una atención especial que no le fue concedida a nadie más.



En otra oportunidad se presentó Ÿibrîl ('alaihis-salâm) ante el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le dijo: “Anúnciale a Jadiÿah que recibirá una casa de caña en el Paraíso, donde no se escucharán banalidades ni se padecerán enfermedades jamás”. Allâh se complació de ella ¿Acaso otra mujer hubiera preparado para el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) el ambiente propicio para reflexionar, y sacrificado su persona y sus bienes en aras de un objetivo extraordinario? ¿Acaso otra mujer hubiera tenido la entereza y la fe de Jadiÿah (radiallâhu ‘anha), siendo ella rica y noble, de ceder con gusto todo lo que había logrado para ponerse a su lado y ayudarlo a soportar las peores persecuciones? Indudablemente que no, ella era la única a la que Allâh había agraciado para colmar de felicidad y perseverancia al hombre esperado con la profecía.



Bujâri y Muslim transmitieron que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) solía decir: “Las mejores mujeres son María bint ‘Imrân y Jadiÿah bint Juailid”. Cuando todo el mundo negaba aceptar a (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) ella o acepto cuando todos no querían creer en el mensaje de (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) ella le creyó.



Hermanos y hermanas, pidamos a Allâh que nos de la capacidad y entendimiento de aprender de estas enseñanzas y de los ejemplos de virtud de la Madre de los Creyentes, Jadiÿatul-Qubrah (radiallâhu ‘anha). Amin.
                      -------------------Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh--------------------------

miércoles, 3 de diciembre de 2014

LA SINCERIDAD Y VIRTUDES DE 'ALI IBN ABI TALIB (radiallahu ‘anhu)


En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Queridos hermanos y respetadas hermanas,  hoy trataremos acerca de la sinceridad y virtudes de ‘Alî Ibn Abi Tâlib (radiallâhu ‘anhu):
De acuerdo a nuestra serie de Jutbah acerca de los compañeros del Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), los Sahabah (radiallâhu ‘anhum) y Julafâ Ar-Rashidîn (los Jalifa rectos y guiados), corresponde hoy conocer un poco de la vida de un gran imâm de entre los aimma, un gran faqih (jurista), un rabbani (hombre muy piadoso), un gran sabio, un gran qadi (juez), quien era humilde en su fortaleza y fuerte en su humildad, misericordioso en su justicia, pero además fuerte en su aplicación. Cuando hablamos de la valentía y el coraje hablamos de él, quien enseño al mundo la auténtica valentía, quien era un adîb un balîg y un sha‘ir, o sea un experto en literatura, quien hablaba con gran  elocuencia, un poeta. Era un alumno deBaitun-Nubuwa en el seno de la profecía, quien se educó y crio en la regazo de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Es elmiskul-jitâm (sello del almizcle) de entre los Julafâ Ar-Rashidîn. Él es Asadullâh (el león de Allâh). Para explicar su virtud un día fue obligado a decir: “Muhammad el Profeta, es mi hermano y mi suegro; Hamzah, líder de todos los mártires es mi tío; Ÿa’far, el que día y noche vuela con los malâikah es hijo de mi madre; la hija de Muhammad es mi esposa y los dos nietos de Ahmad son mis hijos con ella (Fâtimah). ¿Quién de vosotros puede tener una fortuna como la mía?”. Cuando hablamos de un zahid(desapegado del Dunia) hablamos d él. El imâm Ahmad (rahmatullâhi ‘alaihi) dijo que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) no se enorgullecía por su jilafa, sino la jilafa se enorgullecía de que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) sea el jalifa de la gente.
Estamos hablando de ‘Alî Ibn Abî Tâlib Bin ‘AbdulmutTâlib Bin Hashim Bin ‘Abdimanâf Bin Qusai Bin Kilâb Bin Murra Bin Ka’b Bin Luay Bin Galib Bin Fajr Bin Mâlik Bin Nadr Bin Kinana. Su kunia o apodo era ‘Abul-Hasan y ‘Abu Turâb. Su madre era Fâtimah Bint Asad Bin Hashim. También se hizo musulmana y emigró. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) fue uno de los diez albriciados con el Ÿannah.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) fue uno de los primeros que aceptaron el Islam. Él mismo solía decir: “Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue Profeta el día lunes y yo me hice musulmán el día martes”. Cuando se hizo musulmán tenía diez años. Se crió en la casa del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam); antes del Islam él comía junto con Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), salía con él, dormía con él, conversaba con él, lo acompañaba y salía secretamente con él y también rezaba con el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Una vez su padre Abû Tâlib, tío de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) los vio haciendo el salâh, le pregunto qué estaba haciendo, el joven ‘Alî dijo que estaban rezando. Abû Tâlib dijo a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Tu sabes que el Quraish me pidieron que hable contigo para que dejes de molestarlos e insultar su religión y sus dioses”. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) respondió diciendo: “¡Oh, tío mío, juro por Allâh! Si ellos me dan lo que sea para que yo detenga de propagar este Dîn, no lo haría”. Abû Tâlib dijo mientras ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) estaba junto a ellos: “Sigue en lo que estás haciendo”; después dijo a su hijo ‘Alî (radiallâhu ‘anhu): “¡Oh, ‘Alî ¿Qué estás haciendo?”. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que a pesar de ser un niño de diez era muy firme en su da’wah y su corazón era más fuerte que los corazones de los hombres de hoy, dijo: “Hoy yo estoy rezando con Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam)”. Su padre le dijo: “¡Oh, hijo mío! ¡Juro por Allâh! él no te invita sino solo al bien, pues mantente firme”.
Buraidah (radiallâhu ‘anhu) narró que el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Allâh me ordenó amar a cuatro personas y me informo que él también los ama. Son: ‘Alî, Abû Dhar, Miqdâd y Salmân (radiallâhu ‘anhum)”. En otro hadîth se narra que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “‘Alî me pertenece a mí y yo a él”. Dijo también el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Solamente un creyente me ama y solamente un hipócrita me odia”.
Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue a Tabûk, dejo a ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) en Madinah como responsable o como amîr, entonces ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! Me dejas atrás con las mujeres y los niños?”. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Acaso no te gustaría tener junto a mí el rango que tenía Harûn (‘alaihis-salam) con Mûsa (‘alaihis-salam)? Pues no habrá profeta después de mi”.
Cuando ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era aún muy joven, el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) lo envió a Yemen como Juez. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! ¿Me mandas allá cuando hay gente más virtuosa que yo y con más conocimiento?”. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Ve! que Allâh abrirá tu pecho y guiará tu corazón”.
Eligió el Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) quien de entre sus compañeros ocupara su lugar en su cama, como parte de un plan que trazara para burlar a los incrédulos de Quraish y así ganar algo de tiempo. Recayó este desafío en ‘Alî Ibn Abi Tâlib (radiallâhu ‘anhu), hombre valiente que amaba al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) con todo su corazón y que a su vez era amado por él. Sabía de la conspiración y el peligro al que sería expuesto quien durmiese en esa cama, pero la importancia de la misión de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), no se resumía a que durmiese en el lugar del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) sino que demostraba la total confianza depositada por el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en él. Además fue el encargado de devolver algunas pertenencias que habían sido confiadas al Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), por la gente de Makkah. Cumplió ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) la importante misión que le fue encomendada; y después de tres días emigró solo hacia Madinah. Arribó a Qubâ (lugar ubicado en las periferias de la ciudad, a poca distancia de la Mezquita de Madinah), y desde allí, tuvo oportunidad de acompañar al Enviado de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) en su emigración hacia Madinah.
En cuanto a su valentía y fuerza se pueden narrar muchos episodios de la vida de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), pero sólo destacaremos algunos:
La Batalla de Badr fue la primera batalla del Islam y ocurrió en el segundo año de la Hiÿrah. Como era el hábito de los árabes, antes de la batalla se enfrentaban en un duelo hombre a hombre y después empezaba la batalla campal. En Badr salieron tres personas de los asociadores, eran ‘Utbah, Shaibah y el hijo de este, todos ellos eran grandes entre los líderes de los asociadores y causantes de la los mayores problemas del Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Entonces salieron los tres gritando: “¡¿Hay alguien que nos pueda confrontar?!”, entonces salieron tres musulmanes de entre los Ansâr, les preguntaron: “¿Quiénes son ustedes?”, dijeron somos fulano y fulano de los Ansâr. Dijeron: “Devuélvanse. No los queremos a ustedes. Queremos gente de nuestra gente”, es decir de los emigrantes de Makkah. Entonces regresaron los Ansâr y Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Oh, Hamzah! Levántate; ¡Oh, ‘Alî! Levántate; ¡Oh, Ubaidah Bin Al-Harith! Levántate”, los tres se levantaron. Hamzah (radiallâhu ‘anhu) se dirigió hacia ‘Utbah, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) hacia Shaibah y Ubaidah (radiallâhu ‘anhu) hacia el hijo de Shaibah. Hamzah, conocido como Asadullâh (el León de Allâh), de un solo golpe de su espada líquido a su rival, lo mismo hizo ‘Alî, y Ubaidah quedó pelando con su rival y los dos compañeros llegaron para poyarlo y terminaron con el hijo de Shaibah. La gente hacían Takbîr, en ese momento Allâh revelo: “Éstos [los creyentes y los incrédulos] son dos grupos que disputan acerca de su Señor; pero sabed que los incrédulos serán cubiertos con prendas de alquitrán caliente en el Infierno y se verterá sobre sus cabezas agua hirviendo. Les abrasará sus vientres y su piel y serán atormentados allí con garfios de hierro”[Sûrah Al-Haÿÿ (22), âyât 20 y 21].
Tres años después ocurrió la Batalla del Jândaq (la trinchera). No fue una batalla propiamente tal, sino que intercambio flechas y proyectiles. Antes de empezar el enfrentamiento un hombre llamado Amr Bin ‘Abdiwud se adelantó, entre las filas de los incrédulos, quien había jurado que el aceita jamás tocaría su pelo hasta no tomar venganza de Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Estaba lleno de odio y rencor y era uno de los fuertes y valientes de Quraish. Llego al campo de batalla totalmente armado con una armadura desde la cabeza hasta los pies. Salió gritando: “¡Quién ha de enfrentarme!”, además decía algunas poesías insultando a los sahabah (radiallâhu ‘anhum). ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), que era el más pequeños de todos dijo: “¡Oh, Rasûlullâh! Yo lo enfrentaré”. Dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Oh, ‘Alî! Siéntate. Es ‘Amr Bin ‘Abdiwud”. El seguía diciendo: “¡Quién ha de enfrentarme!”. Por segunda vez ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) se levantó y el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) le volvió a decir que se trataba de ‘Amr. A la tercera vez, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) ya no aguantaba más y dijo: “¡Que ‘Amr sea destruido. ‘Amr es ‘Amr. Yo estoy listo ¡Oh, Rasûlullâh!”. El Mensajero (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “¡Levántate ‘Alî!”. Como era el poder la fe en el corazón de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que superaba su valentía y fuerza. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) se dirigió para enfrente a su oponente mientras recitaba algunas poesías. Además de todas las cualidades de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era también poeta, de hecho existe un libro que se llama Diwân ‘Alî, lleno de poesías de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu), este libro no solo contiene poesías sino que también es un libro rico en idioma árabe, elocuencia, consejos y conocimiento. Por lo tanto ‘Alî respondió a ‘Amr también con poesías. Cuando se acercó a él ‘Amr le pregunto quién era. Él dijo: “Soy ‘Alî”, preguntó “¿Cuál ‘Alî?”, dijo: ‘Ali Ibn Abû Tâlib”, ‘Amr le dijo: “¡Oh, hijo mío! Regrésate. Porque entre tus tíos hay gente mayor yo quiero a los grandes. No quiero matarte ‘Alî”. Entonces ‘Ali dijo: “Pero yo si quiero”. El hombre enfurecido sacó su espada y dio comienzo el combate. Los sahabah viendo todo esto con temor por ‘Alî (radiallâhu ‘anhu). ‘Amr golpeó el escudo de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) que era pequeño y salto el polvo impidiendo ver lo que estaba pasando. De pronto uno de los sahabah supo que había pasado y dijo Allâhu Akbar tres veces. Cuando Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) escucho los takbîrât de los sahabah también dijo Allâhu Akabr y supo que el apoyo de Allâh estaba con los creyentes.
Cuando todo se hubo calmado, se vio que ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) estaba parado sobre el pecho del hombre y la sangre corría por su espada. Cuando ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) intentó sacar el escudo de ‘Amr, que era muy valioso, el aura del hombre quedo descubierta, entonces ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) no tomó nada dejándolo. Después los asociadores mandaron a una persona pidiendo el cuerpo de ‘Amr a cambio de diez mil Dirham. El Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Denle su cuerpo gratis, porque es un cadáver impuro”.
El día de Uhud fue una ocasión muy difícil para los musulmanes. Ellos fueron rodeados de dos lados por sus enemigos y muchos de ellos murieron. Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) fue rodeado por sus enemigos y se corrió el rumor de que él había muerto. Muchos Sahâbah (radiallâhu ‘anhum) quedaron desconcertados al oír el rumor y quedaron confundidos en la batalla.
‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos rodeados por los enemigos y yo no podía ver a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Primero lo busqué entre los vivos y luego entre los muertos. Me dije a mí mismo entonces: “Es imposible que haya huido” Puede ser que Allâh esté enojado por nuestros pecados y que lo haya elevado a los cielos. No me queda otra posibilidad entonces que ir a enfrentar a los enemigos y luchar hasta que me maten”. Así que me lancé contra las líneas enemigas, abriéndome paso entre ellas con la espada hasta que volvía a ver a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), me sentí muy feliz y supe que Allâh lo había protegido con Sus ángeles. Me acerqué hasta él y me quedé a su lado. Mientras tanto, el ejército enemigo avanzaba para atacar a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Él me dijo “‘Alî ve y contrólalos”. Así que fui al ataque y los repelí sin ayuda de nadie y maté a algunos de ellos. Después vino otro grupo a atacar, de nuevo me llamó y dijo: “‘Alî ve y contrólalos”. Y nuevamente me enfrenté solo a ellos y los hice volver sobre sus pasos y los vencí”.
Fue en esta ocasión que Ÿibrîl (‘alaihis salâm) vino y elogió a ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) por su valor y su devoción a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), diciendo: “‘Alî me pertenece a mí y yo a él”. A lo que Ÿibrîl (‘alaihis salâm) respondió: “Yo les pertenezco a ambos”.
Veamos el valor que tuvo ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) al arrojarse sólo sobre los enemigos cuando él no encontraba a Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam). Este hecho nos muestra también el gran amor y devoción que sentía hacia Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y también su elevada valentía.
En casi todas las batallas y expediciones la bandera la tomaba ‘Alî (radiallâhu ‘anhu). ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) era uno de los miembros de la shurah que creó ‘Umar Ibn Al-Jattâb (radiallâhu ‘anhu). Su jilafa duro cuatro años nueve meses y fue asesinado el 17 de Ramadân del año 43 de la Hiÿrah. Lo asesinó ‘Abdur-Rahmân Ibnu Mulyam. Según Ibnu Haÿar (rahmatullâhi ‘alaihi) Ibnu Mulyam era entre los grandes Hawariÿ y la peor persona.
Perdió un día ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) su preciada armadura, luego la encontró en manos de un dhimmi (habitante de un país islámico, que no profesaba el Islam, pero se sometía a sus leyes) quien intentaba venderla en un mercado de Kufa. Al reconocerla dijo: “Esa es mi armadura, se cayó de mi caballo durante la noche”. Respondió el dhimmi: “Es mía, ¡Oh, Amirul-mu-minîn!” Dijo ‘Alî: “Es mi armadura, no la he vendido ni obsequiado a nadie, ¿cómo ha llegado a ti?”. Dijo el hombre: “Interpongamos al juez de Madinah para que juzgue entre nosotros”. ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) aceptó y se dirigieron a Shuraih(radiallâhu ‘anhu), juez de Madinah, a quien ‘Alî dijo: “Encontré mi armadura en manos de este hombre. Ella se cayó en la noche, en tal lugar”. Interrogó el juez al dhimmi: “¿Y tú qué alegas?”. El hombre respondió: “La armadura está en mi poder, por lo tanto me pertenece”. Se dirigió el juez a ‘Alî diciendo: “No tengo duda alguna de que eres sincero, ¡Oh, Amirul-mu-minîn! Pero necesitas dos testigos que corroboren tu declaración”. Dijo ‘Alî: “Traeré a mi sirviente Qunbur y mi hijo Al-Hasan, quienes atestiguarán a mi favor”. Dijo el juez: “El testimonio del hijo en favor del padre no es válido, ¡Oh, Amirul-mu-minîn!”. Ante esto, ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) dijo al dhimmi: “Quédatela, pues no tengo otro testigo”. Este exclamó: “¡Yo doy testimonio que la armadura es tuya!” Y agregó: “¡Oh, Allâh! ¡El amir de los creyentes es juzgado por su juez y éste decreta en su contra. ¡Atestiguo que la religión que ordena tal justicia es la verdad! ¡Y atestiguo que no hay otra divinidad salvo Allâh y que Muhammad es su Siervo y Mensajero!”. Contestó ‘Alî: “Por haber abrazado el Islam te la regalo, y te obsequio además mi cabalgadura”.
El conocimiento de ‘Alî (radiallâhu ‘anhu) acerca del Qurân era muy profundo el sabia cuando descendía una âyah y sabia porque fue revelada, donde, acerca de quién y si descendió de noche o de día, en altura o en llanura.
           -----------Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh-------------

ANTISEMITISMO LA OTRA CARA DE LA MONEDA



Antisemitismo y otros demonios.


Bismillahi ar-rahman ar-rahim wa salatu wa salam rasulullahi salalahu alayhim wa salam. As salam u alaykum wa rahmatillahi wa barakatuh.
Quienes me conocen (la gran mayoría), han tomado mi decisión de abrazar el islam con: respeto, intriga, burla, horror, curiosidad, indiferencia, etc. Como dice mi papa: “De todo hay en la viña del Señor”. Como todo comienzo, no fue nada fácil, pero camino poco a poco. Y como era de esperarse, nunca faltaran criticas y opiniones, las cuales (sean buenas o malas) las recibo, tratando de explicar y dar mi punto de vista. Después de todo, las criticas y opiniones (cuando no tienen fundamento) son simplemente dudas sin aclarar.
Muestra de lo anterior dicho, fueron opiniones de una persona que quiero muchísimo (que Allah la bendiga siempre). Me contó que encontró un artículo en la web que la horrorizó, el cual relataba cosas feas del islam, al final, resaltó que nunca se había mostrado interesada en el islam, pero al yo practicarlo, le intereso el artículo, esperaba que no me ofenda y que como soy nueva en el islam, hay cosas que desconozco.
Reconozco que no me gusta utilizar un celular para escribir y defender mis puntos, pues no tengo dedos hábiles que me ayuden a escribir sin que la otra persona siga escribiendo sin antes detenerse a leer lo que escribo. En ese momento tenía tantas cosas en mente, pero mis dedos no ayudaron.
Pero como nunca es tarde para despejar dudas, compartiré a continuación aquel artículo que horrorizo a mi ser querido, respondiendo con argumentos sencillos (no adentrándome en el tema). Vale recalcar que responderé como un humano más, que está aprendiendo día a día del Islam, reconociendo que no soy perfecta y que no lo sé todo. Ok, empecemos.
  • El islamismo esta compuesto por mas de cien millones de musulmanes radicales y fanáticos que quieren subyugar al resto del mundo. Mi pregunta es: ¿De dónde fue obtenida la cifra de fanáticos y radicales? Otra cosa, estoy totalmente segura que no hay un hadiz o sura del Corán que ordene a los musulmanes a subyugar a las personas que no acepten el islam.
  • Occidente ha perdido ABSOLUTAMENTE TODAS las guerras contra el islamismo. ACLARO: Occidente jamás ha luchado contra el islamismo. Países de occidente (EEUU, por mencionar uno) han luchado en Estados Islámicos como Irak, a causa de petróleo, no a causa del Islam. Las guerras que fueron y que vendrán, serán a causa del poder, no a causa del Islam.
  • El Islamismo se esta expandiendo en el mundo a una velocidad impresionante y su impacto se puede sentir en cualquier ciudad del mundo sin previo aviso. Alhamdulillah por esto. Si el islamismo es sanguinario y cruel, ¿Por qué hay cada vez más personas (en especial, en occidente) que están abrazando al islam?
  • Israel es el único país en el mundo que, en la historia, ha demostrado que sabe como contener el avance islamista (experiencia literalmente ganada con sangre al defender su tierra milenaria por décadas) Solo un pedazo de tierra civilizada llamada Israel separa a los musulmanes de medio oriente de los cristianos de Europa. Las Naciones Unidas, después de años de constantes problemas, decidió, en 1947, la partición de Palestina en dos estados: uno árabe y uno judío. Ambos estados no estuvieron de acuerdo con esto y después de una “Guerra de Independencia”, fue declarado en Tel Aviv, es Estado de Israel. Como resultado de esta guerra, Israel ocupó el territorio que le había asignado las Naciones Unidas, más una buena parte del territorio asignado a los árabes y la parte occidental de Jerusalén (Israel aumentó su territorio en casi un 50%). Ok, mitad y mitad, salomónicamente, todos contentos. Si ahora nos detenemos a ver en un mapa, nos daremos cuenta que del Estado de Palestina no queda casi nada, ni siquiera la mitad otorgada por las Naciones Unidas, porque Israel se ha ido apoderando de ella a cuestas de bala y sangre. Avance Islámico? Pedazo de tierra civilizada?
  • ¿Por qué Occidente no apoya a Israel en su lucha contra los Islamistas de Hamas? Sencillo: porque es una guerra despreciable que beneficia a un bando que tiene injustamente la ventaja. Además, porque saben que hay un camino mejor para resolver sus conflictos. ¿Que harías si bombardean tu casa mientras duermes, o si te llaman a avisarte que dejes tu casa porque en breves minutos será bombardeada?
  • Gaza no necesita tener militares o grupos de guerra, pistolas de juguete, después de todo, ¿No fueron ellos quienes derribaron las Torres Gemelas en Estados Unidos? Debo confesar que después de leer esta frase, me di un facepalm épico. Ni siquiera me molestare en contestar. Quien escribió ese artículo, no tiene ni idea de los antecedentes del atentado del 11 de septiembre.
  • No es justo criticar una religión porque entre sus creyentes haya ladrones, narcotraficantes o malvados de cualquier tipo. Pero si se puede criticar a una religión cuando un grupo terrorista tiene como presentación el Islam. Cuanta doble moral, compañeritos. O sea que es justo criticar una religión cuando terroristas tienen como carta de presentación el islam. Bueno, si es asi, ¿Por qué no criticamos a los católicos en 2012 cuando miembros de la Iglesia de la Nueva Jerusalén en México incendio una escuela por considerar a la educación y a la tecnología cosa del diablo?¿Por que no criticamos a quienes dirigen la Iglesia Universal del Reino de Dios después de haber descubierto que se lucraban con las ofrendas que sus feligreses daban? Ah cierto, porque no son musulmanes, ¿verdad?
Yo respeto a todas las religiones por igual, más aun, respeto a quienes las conforman. Lo que no tolero ni respeto es que utilicen al islam para cometer atrocidades ya que, debido a esto, la gente piensa que todo musulmán es terrorista o machista, dando lugar a la discriminación, a la xenofobia y al antisemitismo. Si Dios quiere, algún día, la gente aprenderá a investigar a fondo algo antes de emitir algún juicio que fomente el odio, pero hasta que ese día llegue, los invito a llevar la fiesta en paz.
Elaborado por: Khadija Alvarado. 

viernes, 18 de abril de 2014

El CENTO ISLÁMICO "GULZAR E MADINA"

SE ENCUENTRA EN LOS RÍOS 805 Y 9 DE OCTUBRE
GUAYAQUIL - ECUADOR 

ACTIVIDADES:
5 oraciones diarias.
Khotba y rezo congrecaional de los Viernes
Clases Islámicas.

jueves, 17 de abril de 2014

LA LENGUA CONDUCE AL PARAÍSO O AL INFIERNO

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, el día de hoy trataremos acerca de cómo la lengua puede convertirse en la causa por la cual una persona puede entrar al Paraíso o al Fuego.
Dice Allâh en el Sagrado Qurân: “Los que de la frivolidad se apartan” [Sûrah Al-Mu‘minûn (23), âyah 3]. Ibn Kathir (rahmatullâhi ‘alaihi), dijo que la palabra que aquí traducimos como frivolidad, significa pecado y asociación con Allâh. Sabuni (rahmatullâhi ‘alaihi), dijo que significa usar lenguaje abusivo, vulgar y maldecir.
El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “La belleza del Islam de un hombre, es que él rechace cualquier cosa que no sea beneficiosa para él”. Este hadîth nos explica que la belleza del Islam es que rechacemos todo tipo de actos y dichos que no sean beneficiosos y que nos ocupemos en cosas que sean de provecho. Dice Allâh en el Qurân: “Hemos creado al hombre y sabemos lo que su alma le susurra. Estamos más cerca de él que su propia vena yugular” [Sûrah Qaf (50), âyah 16].
Dijo Mu‘ad Ibn Ÿabal (radiallâhu ‘anhu): “Dije: “¡Oh Mensajero de Allâh! ¿Qué obra me lleva al Jardín y me aleja del Fuego”. Dijo el Profeta (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “Has preguntado una cosa que es fácil para aquel a quien Allâh se lo facilita; adorar a Allâh sin asociarle nada, observar la oración, pagar el zakâh, ayunar en Ramadân y peregrinar a la Casa (la Ka’bah)”. Luego dijo (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “¿Quieres que te enseñe las puertas de la bondad?: el ayuno es protección, y la caridad apaga las faltas tal como el agua apaga el fuego, y la oración del hombre en el seno de la noche”. Después recitó: “Alejan sus costados de las camas para invocar a su Señor con temor y esperanza y de lo que les proveímos dan. Nadie sabe el consuelo que les está reservado en recompensa de los que hacen”. Luego dijo Rasûlullâh (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “¿Quieres que te cuente qué es la cabeza del asunto, su pilar y su cúspide?”. Dije: “¡Por supuesto, Mensajero de Allâh!”. Dijo (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “La cabeza del asunto es el Islam, su pilar es la oración y su cúspide es la lucha por la causa de Allâh”. Después dijo:“¿No quieres que te informe de la base de todo esto?”. Dije: “¡Por supuesto, Mensajero de Allâh!”. Entonces cogió su lengua y dijo: “Controla esto…”. Dije: “¡Oh Profeta de Allâh! ¿Seremos reprochados por lo que hablamos?”. Dijo:“Que tu madre se prive de ti ¡Oh Mu‘adh! ¿Acaso otra cosa vuelva a la gente de cara en el fuego, sino lo que sus lenguas cosechan?”.
Abu Musa (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Pregunté: “¿Mensajero de Allâh, cuál es el mejor de los musulmanes?” Dijo (sallallâhu 'alaihi wa sallam): “¡Aquel que resguarda a los musulmanes de su lengua y de su mano!”. Por su parte ‘Uqba Ibn Amir (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Pregunté al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Mensajero de Allâh! ¿Cuál sería la causa para mi salva­ción?” Contestó: “¡Controla tu lengua, atiende a los asuntos de tu casa y llora cuando te equivoques!”.
Se transmitió de ‘Âishah (radiallâhu ‘anha) que dijo: “Le dije al Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿No te basta saber de Safiyah, tal y tales defectos?” Y contestó: “¡Has dicho una palabra que si se mezclara con el agua del mar, quedaría toda impregnada y maloliente!”
Anas (radiallâhu ‘anhu) narra que El Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Cuando fui ascendido al cielo pasé junto a unas gentes que tenían uñas de latón, y se arañaban sus caras y pechos. Pregunté: “¿Quienes son estos, ŸIbrîl?” Dijo: “¡Son esos que comen la carne de la gente (murmuradores) y atentan contra su honor!”.
Allâh Subhanahu wa Ta‘âla dice en el Qurân: “¿O es que creen que no escuchamos su secreto y sus confidencias? Por El contrario, junto a ellos escriben Nuestros mensajeros” [Sûrah Az-Zujruf (43), âyah 80].
Otro significado de lo anterior es que debemos proteger nuestra lengua de hablar banalidades. La lengua puede ser el medio por el cual una persona entre al Paraíso o al Fuego. Diariamente, todas las partes del cuerpo imploran a la lengua, diciendo: “Oh lengua, teme a Allâh, por nosotros, porque si tú estás bien, nosotros estaremos bien, pero si tú haces lo incorrectos, nosotros estaremos mal”.
Dice Allâh Altísimo: “Muchas de sus conversaciones secretas no encierran ningún bien. Pero no es así quien manda a dar con generosidad, actuar según lo reconocido o reconciliar a los hombres. A quien haga esto, buscando el beneplácito de Allâh, le daremos una recompensa enorme” [Sûrah An-Nisâ (4), âyah 114]. Así pues, lo que un ser humano pronuncia se registra. Dice también Allâh: “No hay nada que diga sin que tenga a su lado, presente, un vigilante” [Sûrah Qaf (50), âyah 18]. Lo mejor que puede ser registrado a favor del ser humano es: invitar hacia el bien, prevenir del mal y el Dhikr, es decir el recuerdo de Allâh.
Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Inculquen el buen carácter y manténganse silenciosos”. La belleza de una persona es hablar sólo cuando sea necesario y esto es un medio de salvación para él en el Âjirah.
Abu Hurairah (radiallâhu ‘anhu) dijo: escuche el Mensajero de Allâh decir: “A veces al siervo que dice algo que complace a Allâh, sin darle importancia, Él lo eleva por ello varios grados. Y el siervo que dice algo que enoja a Allâh, sin darle importancia, desciende, por ello, en el Infierno”.
Un musulmán inteligente es aquel que no habla inútilmente y aquel que no habla mal de otros. Por esta razón las palabras del Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) podrían ser contadas con los dedos. Dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Aquel que se mantiene en silencio, gana la salvación”.
Luqmân (‘alaihis-salam) estaba una vez sentado acompañado de sus discípulos, cuando paso cerca de él una persona que al reconocerlo le dijo: “¿Eres tú quien yo creo que eres?”, él respondió afirmativamente, y el hombre le dijo: “Pero si tu antes solías llevar a pastar a los animales”, Luqmân (‘alaihis-salam) dijo: “Si”. El hombre preguntó: “¿Pero cómo alcanzaste este estatus?”, Luqmân (‘alaihis-salam) respondió: “Solamente diciendo la verdad y hablando cuando es necesario”.
En una ocasión, un sahabih estaba en su lecho de muerte y su rostro resplandecía. Alguien le preguntó por este brillo en su cara, y él dijo: “Yo solo hablé aquello que era beneficioso y mi corazón estaba limpio, porque nunca abrigue un mal sentimiento, odio o envidia por otro musulmán”. Un musulmán inteligente es aquel que mira sus propias faltas en lugar de ver las faltas de otros.
Dice Allâh en el Qurân: “Quien se presente con buenas acciones tendrá diez como ellas” [Al-An‘âm (6), âyah 160]. ‘Abdullâh Bin ‘Umar (radiallâhu ‘anhumâ) narró que cuando los estos versos fueron revelados en relación a los Beduinos, fue preguntado “¿Y qué hay acerca de los emigrantes?”. El recitó los siguientes versos: “Allâh no es injusto ni en el peso de lo más pequeño, y cualquier buena acción la multiplicará, por Su parte, con una enorme recompensa” [Sûrah An-Nisâ (4), âyah 40].
Allâh dice en el Qurân: “Y los que no invocan junto a Allâh a ningún otro dios ni matan a nadie que Allâh haya hecho inviolable a menos que sea con derecho; ni fornican, pues quien lo haga, encontrará la consecuencia de su falta. El Día del Levantamiento le será doblado el castigo y en él será inmortal, envilecido. Excepto quien se vuelva atrás, crea y obre rectamente, a ésos Allâh les sustituirá sus malas acciones por buenas. Allâh es Perdonador y Compasivo” [Sûrah Al-Furqân (25), âyât 68 a 70].
Hermanos y hermanas, roguemos a Allâh para que nos de la capacidad y el conocimiento en utilizar bien nuestras palabras y lengua de manera que la usemos sólo para alabarlo y hablar de Su Grandeza, Misericordia y Bondad. Amín.

REFLEXIONES

EVITA MALDECIR E INSULTAR


Cuando un musulmán adopta esta actitud hacia el enojo, entonces es natural que su lengua se abstenga  de proferir maldiciones e insultos. Lo que refuerza esta actitud y le impide hacerlo es su adhesión sincera a la guía moral del Islam que le advierte de insultar, maldecir o decir malas palabras. De manera que el musulmán no puede oír semejantes cosas, y menos aun decirlas. 


Estas nos son actitudes que benefician al musulmán que ha asimilado las enseñanzas del Islam. el siervo piadoso está lejos de todo esto, y se aleja cada vez más al entender el excelente ejemplo del Profeta Muhammad (sallallahu 'alaihi wa sallam), quien nunca profirió una palabra que pudiera ofender los sentimientos de una persona o dañar su honor. 

Por nosotros los musulmanes preservamos nuestras palabras y evitamos los insultos, aun cuando son provocados. Controlamos nuestro enojo, para no caer en el pecado y evitar iniciar una agresión. 

Y Allâh siempre sabe más.

wa salam o 3alaykom wa rahmatollahi wa barakatoh




miércoles, 16 de abril de 2014

PROTEGER LA LENGUA CON EL RECUERDO DE ALLAH

En el Nombre de Allâh, Misericordioso, Compasivo. Alabado sea Allâh por habernos guiado al Camino Recto, habernos honrado con el Islam y guiarnos a la fe. Que Sus bendiciones sean con el sello de los Mensajeros y Profetas, aquel que transmitió el Mensaje y cumplió con lo que Allâh le encomendó, hasta que lo alcanzó la muerte por orden de Su Señor. Que las bendiciones y la paz de Allâh sean con él, su virtuosa familia y sus distinguidos compañeros.
Hermanos y hermanas, trataremos en esta semana de cómo debemos proteger nuestra lengua y usarla bien con el recuerdo de Allâh:
Allâh dice en el Qurân: Los que creen y tranquilizan sus corazones por medio del recuerdo de Allâh. ¿Pues no es acaso con el recuerdo de Allâh con lo que se tranquilizan los corazones? [Sûrah Ar-Ra’d (13), âyah 28].

El Nombre de Allâh tiene bendiciones, sabor, dulzura, tranquilidad y paz interior que experimentará aquel que practique e invierta tiempo manteniéndose ocupado en el recuerdo de Allâh, el Dhikr.
En los tiempos que vivimos hay una ola de descontento generalizado por la que la gente sufre de preocupaciones y ansiedades, pero como musulmanes si nos acostumbramos e inculcamos en nuestras vidas el recuerdo de Allâh, estas preocupaciones desaparecerán. El principal objetivo del recuerdo de Allâh es inculcar en nuestras vidas la conciencia de Allâh. Si estudiamos el Qurân y los ahâdîth de Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam), encontraremos muchos versículos y dichos que nos animan a hacer Dhikr de Allâh. Incluso si no hubiese ningún versículo o hadîth relacionado con el Dhikr, deberíamos recordar a nuestro real Benefactor cuyas bendiciones y favores sobre nosotros son siempre ilimitadas y no tienen paralelo. Resulta  natural que recordemos a nuestro a Allâh y Le agradezcamos.

Algunos de los pasajes del Qurân que mencionan la virtud del recuerdo de Allâh, son: Así pues, recordadme que Yo os recordaré; y agradecedme y no seáis ingratos conmigo [Sûrah Al-Baqarah (2), âyah 152]; Y recuerda a tu Señor en ti mismo, humilde, con temor de Él y sin subir la voz, al comenzar y al terminar el día. Y no seas de los negligentes” [Sûrah Al-A’râf (7), âyah 205]; Y recordad mucho a Allâh para que podáis tener éxito [Sûrah Al-Ÿumu‘ah (62), âyah 10]; Es verdad que a los musulmanes y a las musulmanas, a los creyentes y a las creyentes, a los obedientes y a las obedientes, a los veraces y a las veraces, a los pacientes y a las pacientes, a los humildes y a las humildes, a los que dan con sinceridad y a las que dan con sinceridad, a los que ayunan y a las que ayunan, a los que guardan sus partes íntimas y a las que las guardan y a los que recuerdan mucho a Allâh y a las que recuerdan; Allâh les ha preparado un perdón y una enorme recompensa”  [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyah 35]; ¡Vosotros que creéis! Recordad a Allâh invocándolo mucho. Y glorificadlo mañana y tarde” [Sûrah Al-Ahzâb (33), âyât 41 y 42].
Por su parte, de entre los ahâdîth, podemos citar que Abu Hurairah (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Vinieron unos pobres de los emigrantes al Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y le dijeron: “La gente rica se ha hecho con las posiciones más altas y un bienestar estable; rezan como lo hacemos nosotros; ayunan como nosotros; y gozan de favor en la riqueza. Hacen la peregrinación mayor y menor; hacen el ÿihâd y dan sâdaqah”. Dijo el profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Queréis que os enseñe algo con lo que daréis alcance a los que os preceden y también a los que vendrán después? Y nadie será mejor que vosotros, excepto quien haga lo mismo que vosotros”. Dijeron: “¡Claro que sí, Mensajero de Allâh!”. Dijo: “¡Diréis: Subhânallâh wal-hamdulillâh wallâhu akbar, después de cada oración treinta y tres veces!”. Regresaron los pobres emigrantes ante el Mensajero de Allâh y le dijeron: “Han oído nuestros hermanos ricos lo que hemos hecho y ellos han hecho lo mismo. Y no les hemos adelantado”. Dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Así es el favor de Allâh, que se lo da a quien quiere!”.
Sa’d Ibn Abî Waqqâs (radiallâhu ‘anhu) dijo: “Estábamos con el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) y dijo: “¿Acaso alguno de vosotros, sería capaz de conseguir cada día mil hasanât?”. Le preguntó uno de los allí reunidos: “¿Cómo conseguiría mil hasanât?” Dijo: “¡Diciendo: Subhânallâh, cien veces se le apuntarían mil hasanât, o se le borrarían mil malas acciones!”.

Ÿuwairiyah Bint Al Hârith (radiallâhu ‘anha) dijo: “Salió el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) una mañana, después de haber estado con ella y una vez que hubo rezado la oración del alba. Permaneció ella en el lugar de oración de la casa diciendo:Subhânallâh, y cuando regresó el Profeta después de media mañana, la encontró sentada en el mismo sitio y le dijo: “¿Todavía estás en la misma posición en la que te dejé?” Ella dijo: “¡Sí!” Y dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “Después de salir de aquí, repetí tres veces cuatro frases, que si se pesaran en todo el tiempo que has estado diciendo Subhânallâh habría sido mejor todavía si las hubieras dicho; estas palabras son: Subhânallâhi wa bihâmdihi ‘adada jalqihi (Glorificado y alabado sea Allâh por el número de Sus criaturas) Wa rida nafsihi (y Su elevada Esencia) Wa zinata ‘arshihi (y Su hermoso Trono) Wa midâda kalimâtihi (y Su abundante Palabra)”.

Abû Mûsa Al Ash‘ari (radiallâhu ‘anhu) dijo que el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El ejemplo del que recuerda a su Señor y del que no lo recuerda, es como el ejemplo del vivo y el muerto”. En otra versión, se narra que el Profeta Muhammad (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “El ejemplo de la casa en la que se recuerda a Allâh y la casa en la que no se recuerda a Allâh, es como el ejemplo del vivo y el muerto”.
Abû Hurairah (radiallâhu ‘anhu) narró que dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Dirá Allâh, El Altísimo: “¡Yo estoy con Mi siervo cuando él piensa en Mi. Yo estoy con él cuando Me recuerda; si Me recuerda secretamente, lo recuerdo Yo en secreto; si Me recuerda  en grupo, lo recuerdo Yo en un grupo mejor que ellos (los ángeles)!”. Narró también que dijo el Profeta (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¡Los Mufarridûn aventajan a los demás!” Preguntaron: “¿Y cuáles son los Mufarridûn, Oh Mensajero de Allâh?” Dijo: “¡Los que recuerdan mucho a Allâh, hombres y mujeres!”.

Abû Dardâ (radiallâhu ‘anhu) relató que dijo el Mensajero de Allâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Os informo de vuestra mejor acción, de la que os haría crecer ante vuestro Rey y subiría vuestra categoría más aún, que sería mejor para vosotros que el gasto de oro y plata. Y mejor para vosotros que encontraros con el enemigo, combatirlos y que os combatan?” Dijeron: “¡Claro que sí!” Dijo: “¡El recuerdo de Allâh, el Altísimo!”.
Abû Mûsa (radiallâhu ‘anhu) narró que dijo Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam): “¿Quieres que te guíe a un tesoro de entre los tesoros del Jardín?” Dije: “¡Claro que sí, Mensajero de Allâh!” Dijo: La haula wa la quwata illa billâh (¡No hay poder ni fuerza, excepto por  Allâh!)”.

Mu‘ad Ibn Ÿâbal (radiallâhu ‘anhu) narró que Rasûlullâh (sallallâhu ‘alaihi wa sallam) dijo: “Los habitantes del paraíso, después de que hayan llegado a sus lugares, no se reprocharan nada excepto el tiempo que gastaron sin el recuerdo de Allâh (en este mundo)”. Después de que la gente entre en el Paraíso, cuando vean la recompensa tan grande como montañas, por recordar a Allâh solo una vez, lamentarán extremadamente su pérdida causada por el tiempo que pasó sin hacer Dhikr.

Por último, los siguientes son algunos de los beneficios del Dhikr, los cuales han sido registrados por Ibn Qaiyim (rahmatullâhi ‘alaihi): 
1) El Dhikr mantiene alejado a Shaitân y debilita su fuerza;
2) Es la causa de la complacencia de Allâh;
3) Relaja la mente de ansiedades y preocupaciones; 
4) Produce felicidad y alegría en el corazón; 
5) Fortalece el cuerpo y la mente; 
6) Ilumina el rostro y el corazón; 
7) Facilita al sustento; 
8) Induce amor por Allâh, el cual es el espíritu del Islam y el fundamento del Dîn y la fuente de éxito y salvación en la próxima vida; 
9) Es la llave para la complacencia de Allâh; 
10)  Nos hace reconocer la grandeza y la majestuosidad de Allâh, y fortalece la conciencia de su omnipresencia; 
11) Causa que uno sea mencionado en la corte de Allâh; 
12) Da vida al corazón; 
13) Es alimento para el corazón  y el alma; 
14) Limpia el corazón de su impureza; 
15) Causa que la paz y misericordia de Allâh desciendan; 
16) Salva de la desesperación en el día del Qiyamah.

Quiera Allâh darnos el Taufîq para mantenernos constantemente en Su bendito recuerdo. Amîn.
Wassalamu ‘alaikum wa Rahmatullâhi wa Barakatuh